El uso de aplicaciones móviles ha demostrado un efecto beneficioso en el control de la diabetes que se pone de manifiesto en la mejora de parámetros como la bemoglobina glicosilada o el ratio de medidas de glucemia (SMBG). Sin embargo, las app del mercado no disponen de las funcionalidades que se han asociado a dicha mejoría clínica.
Así se desprende de un trabajo desarrollado por un grupo de investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia, pertenecientes al grupo ITACA-SABIEN, recientemente publicado en la revista JMIR Mobile Health and Micro Health (JMU). En este trabajo, los investigadores hacen un estudio exhaustivo y comparativo de las apps existentes en el mercado, incidiendo en su utilidad para el "apoyo y empoderamiento de los pacientes".
Tal y como explica Antonio Martínez-Millana, investigador del grupo Sabien, "este análisis permitió definir una clasificación detallada del tipo de características que debería tener una app ideal para la gestión de la diabetes tipo 1, y que hubieran sido validadas por estudios clínicos robustos". Posteriormente, se analizaron con detalle 80 apps disponibles en las tiendas virtuales oficiales (App Store y Google Play) con el fin de conocer si contaban con las características que habían demostrado ser relevantes para el control de la diabetes.
"La mayoría de apps comerciales permiten la personalización de parámetros (87,9%) y proporcionan herramientas para el registro de datos (80%). Sin embargo, para nuestra sorpresa la gamificación y recompensas son las características menos utilizadas (3,8%)" defienden los investigadores, que añaden que "el soporte social y de información solo está presente en el 37% y tan sólo el 25% proporciona herramientas para el cálculo y gestión de bolus de insulina".
De esta manera, la principal conclusión del estudio es que las apps comerciales se centran en aspectos de gestión de la enfermedad como recordatorios de dosis y registro de datos; pero sin embargo, la investigación demuestra que los elementos clave en el manejo de la diabetes incluyen aspectos relacionados con el empoderamiento del paciente, tales como la promoción de hábitos saludables, la información sobre los riesgos del control inadecuado, el soporte social y el apoyo en la autogestión de la dosis de medicación. Y todo ello no está presente hoy en las apps, han advertido.