Los niños diabéticos tienen una tasa de asma más alta que la población pediátrica general y en aquellos con ambas enfermedades es más difícil controlar la glucosa en sangre, según ha concluido un equipo de investigadores que comprobó que el 11 % de 2.000 niños y jóvenes diabéticos de entre 3 y 21 años también tenía asma, comparado con el 9 % de la población pediátrica de Estados Unidos.
La diferencia fue aún mayor al estudiar a 311 jóvenes con diabetes tipo 2, que está asociada con la obesidad y suele diagnosticarse en la edad adulta. En ese grupo, el 16 % era asmático, comparado con el 10 % del grupo con diabetes tipo 1.
En el estudio publicado en la revista Pediatrics, los niños con diabetes tipo 1 y asma eran más propensos a tener la glucosa en sangre mal controlada que los niños sin asma, en concreto, un 15,5 frente a un 9 %.
Por otra parte, el estudio demuestra que un control inadecuado del azúcar en sangre implica tener hemoglobina A1c superior al 9,5 %. La hemoglobina A1c es un indicador de la calidad del control del azúcar en sangre en el largo plazo; debe ser inferior al 7 % en los adultos y puede subir hasta el 8,5 % en los niños, según la edad.
Los autores desconocen la explicación exacta de estos resultados, pero la tasa más alta de asma en los jóvenes con diabetes tipo 2 podría atribuirse a la obesidad, según comentó Mary Helen Black, del Departamento de Investigación y Evaluación de Kaiser Permanente en Southern California.
En cuanto a por qué los jóvenes con diabetes tipo 1 y asma tenían mal controlada la glucosa en sangre, Black dijo que podría existir "una conexión biológica real". El experto agregó que también podría ser muy difícil para los niños con diabetes tipo 1 controlarse el azúcar en sangre cuando tienen otras enfermedades crónicas. "Manejar ambas enfermedades puede ser todo un desafío", señaló.
El equipo observó que cuando los niños con ambas enfermedades utilizaban medicamentos para el asma, el control de la glucosa mejoraba. Menos del 5 % de los usuarios de fármacos llamados modificadores de los leucotrienos (Singulair, Accolate y Zyflo) tenía la glucosa mal controlada, comparado con el 30 % de los diabéticos tipo 1 sin tratamiento para el asma.
Black consideró que los médicos y los padres deben saber que el asma es común en los niños diabéticos y que el control de la glucosa en sangre es más difícil en los niños con ambas enfermedades. Si los padres detectan signos de asma, como sibilancias, tos y disnea, que no se deben a un resfrío u otra infección, deben consultar al pediatra de inmediato.