El I Foro Debate sobre Información Médico-Científica, desarrollado bajo el lema “Información médico-científica, un reto para la Industria Farmacéutica”, y organizado por la Asociación de Medicina de la Industria Farmacéutica (AMIFE), ha reunido a representantes de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), de la industria farmacéutica y de asociaciones de pacientes como la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE), con el objetivo de evaluar la relevancia de la información médica y sus límites con respecto al paciente.
La participación de FEDE se ha centrado en la defensa de que la información de calidad es un derecho fundamental del paciente, ya que éste debe ser el protagonista de su dolencia, y la única manera de alcanzar este estatus es disponiendo de todos los datos necesarios. Además, ha puesto el énfasis en que un paciente informado es un colaborador activo en su proceso de recuperación porque es más responsable con su enfermedad y tratamiento, lo que permite, asimismo, reducir los costes sanitarios de la Administración.
FEDE también ha analizado la relación médico–paciente, la cual ha ido cambiando con el paso de los años. Ahora existe un paciente empoderado que reclama más información sobre su dolencia; no obstante, para FEDE también resulta un punto fundamental que los pacientes tengan acceso a una educación de calidad y continuada en el tiempo sobre su patología.
A pesar de los beneficios que puede aportar, la realidad es que este nuevo rol del paciente informado provoca a veces un cierto temor por parte de los profesionales médicos, al poder ver peligrar su labor.
Andoni Lorenzo, presidente de FEDE, ha afirmado en este sentido que “se trata de un miedo totalmente infundado, puesto que cada actor tiene una labor fundamental e irremplazable, y deben complementarse, puesto que el médico es el experto en la patología y el paciente, el experto en vivir con ella”.
Con respecto a la relación de la industria farmacéutica y el paciente existen 5 grandes áreas temáticas que deben regir esta relación. Primero, que el centro de todo es el paciente y todo debe ir destinado a mejorar su calidad de vida; segundo, que el paciente es un agente más ya que ha tomado un papel protagonista y un mayor control sobre su dolencia; tercero, que la industria es un partner, un compañero, y no un mero financiador; cuarto, que se debe mejorar el acceso a la información, la industria debe contribuir a que los datos que reciba el paciente sean veraces; y quinto, que existe un marco regulatorio muy claro, que establece las relaciones entre la industria y las asociaciones de pacientes.
Tras lo expuesto, resulta más que evidente que, en este caso, no se puede actuar de una manera aislada e individual si no que se debe hacer de forma coordinada con el resto de actores implicados: profesionales médicos, industria farmacéutica, administración pública y asociaciones de pacientes, ya que no se trata, en ninguna circunstancia, de desplazar a ningún colectivo, sino de estrechar la colaboración entre todos ellos.
El presidente de FEDE ha aprovechado la oportunidad para reclamar "un mayor compromiso público y privado para que el paciente tenga más accesibilidad a la información" intentando "arrancar un compromiso a los actores implicados, para definir la estrategia, las herramientas y los medios necesarios para que de las palabras se pasen a los hechos, porque son escasas las acciones y propuestas reales en este campo”.