Toledo acogerá la XIII Reunión de Diabetes, Obesidad y Nutrición organizada por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que se celebrará los días 24 y 25 de febrero, y en la que se darán cita cerca de 750 especialistas en un foro en el que abordarán las patologías asociadas a la obesidad, entre las que destaca la apnea del sueño, una de las más prevalentes y más graves de la enfermedad, que afecta a entre el 50 y el 77 % de pacientes obesos, según datos de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
La importancia de la apnea en estas personas viene, sobre todo, por los efectos adversos cardiovasculares que conlleva, tales como cardiopatía isquémica, ictus o insuficiencia cardiaca. La obesidad es una enfermedad crónica en la que el problema no es sólo el elevado peso corporal sino el impacto que el aumento del tejido graso tiene sobre prácticamente todos los órganos de cuerpo.
"Sin duda, alteraciones metabólicas como la diabetes son las más conocidas, así como la hipertensión o la dislipemia", ha explicado el coordinador del Grupo de Diabetes, Obesidad y Nutrición de la SEMI, Javier Carrasco, quien ha declarado sin embargo que "no hay que olvidar otras alteraciones que afectan a la calidad de vida de los pacientes", como el hipogonadismo masculino, la infertilidad o la afectación osteoarticular que "limita y mucho la vida del paciente con obesidad".
La prevalencia de la apnea del sueño en los pacientes obesos "se cuatriplica por cada cinco puntos que aumenta el IMC", advierten desde la sociedad. En este sentido, la apnea del sueño no es la única consecuencia de la obesidad, ya que el hígado graso también lo es por el exceso de grasa corporal, y lo padecen entre el 20 y el 46 %o de las personas en países occidentales. "Suele ir asociado a una elevada resistencia insulínica y tan solo un 7 %o de las personas con normopeso lo padecen", ha argumentado el doctor Javier Carrasco.
Tanto la apnea del sueño como el hígado graso no alcohólico mejoran "de forma considerable" con la pérdida de peso, pudiendo llegar a desaparecer con pérdidas de peso importantes "como las que se consiguen a través de la cirugía bariátrica", asevera el especialista.
Para Javier Carrasco, la diabetes es, sin duda, la gran desconocida en la población anciana. A pesar de que este grupo suele excluirse de los ensayos clínicos debido a sus condiciones concretas de fragilidad y relación con otras patologías coexistentes, "cada vez están más presentes en la evidencia científica actual", asegura. Los objetivos de tratamiento "deben individualizarse y los fármacos deben utilizarse con precaución", teniendo en cuenta que sus efectos secundarios que pueden ser letales en los ancianos, alerta el doctor. Hay que tener en cuenta que la hipoglucemia es más frecuente y más grave en ancianos que en otros grupos de población y, en muchas ocasiones, suele ser consecuencia del tratamiento y es responsabilidad de los clínicos.
Por ello, "es muy importante continuar investigando en este grupo poblacional", apunta el doctor Javier Carrasco. Por otro lado, defiende que la resistencia a la insulina es uno de los problemas a los que se enfrentan los pacientes diabéticos. Aunque hay insulinas cada vez más fisiológicas, con menor riesgo de hipoglucemias y más seguras desde el punto de vista cardiovascular, "la medida más efectiva para reducir la resistencia insulínica es la pérdida de peso", subraya el experto.