Los datos recogidos en el estudio Empa-Reg-Outcome, demuestran que la empagliflozina reduce en un 14 % la muerte cardiovascular, el ataque cardiaco no fatal y el ictus no fatal, cuando se añade al tratamiento habitual en pacientes con diabetes tipo 2.
El fármaco, una pastilla que se administra por vía oral y que pertenece a la familia de las glifozinas, ha sido desarrollado por Boehringer Ingelheim y Lilly.
Su mecanismo de acción se basa en la inhibición del cotransportador sodio-glucosa tipo 2, (SGLT-2), reduciendo la reabsorción de la glucosa y aumentando la cantidad de esta sustancia que es eliminada en la orina.
Otro resultado destacado del ensayo clínico, que ha sido publicado en la prestigiosa revista New England Journal of Medicina, ha sido la reducción del 38 % de muerte cardiovascular, sin diferencia significativa en el riesgo de ataque cardiaco no fatal o ictus no fatal.
Además, la empagliflozina redujo en un 32 % la mortalidad por cualquier causa y en un 35 % la hospitalización por insuficiencia cardiaca.
El perfil de seguridad es similar a los de estudios previos, con muy pocos casos de cetoacidosis diabética y sin aumento ni de eventos hipoglicémicos ni de fracturas óseas.
El estudio ha sido realizado en 7.020 pacientes en 590 centros de 42 países y ha sido dirigido por Bernard Zinman, director del Centro de Diabetes del Hospital Monte Sinaí y profesor de Medicina de la Universidad de Toronto (Canadá).
Del 99 % de pacientes que tenía una enfermedad cardiovascular diagnosticada, aproximadamente la mitad había sufrido un infarto de miocardio y más de la mitad tenía una diabetes diagnosticada al menos 10 años antes.
Hasta ahora, y pese a que hay muchas opciones de tratamiento, ningún fármaco se había asociado con una reducción en la mortalidad en los ensayos clínicos. La empagliflozina ha mostrado efectos positivos en diferentes factores relacionados con riesgo cardiovascular: disminuye los niveles de glucosa e insulina, de la presión arterial, del ácido úrico, de la albuminuria, de los triglicéridos y del estrés oxidativo.
En su opinión del doctor Zinman, el dato más significativo es que la empagliflozina "ha prevenido una de cada tres muertes cardiovasculares o, dicho de otro modo, se han salvado 25 vidas en cada 1.000 pacientes que recibieron el fármaco".
Diferentes trabajos realizados previamente habían demostrado que la esperanza de vida se reduce seis años en pacientes de diabetes tipo 2 de 60 años de edad con enfermedad cardiovascular previa. Si, además, han sufrido un infarto, la esperanza de vida se reduce en 12 años.
Por otro lado, una encuesta presentada en el marco del congreso ha confirmado que una buena relación médico-paciente mejora los resultados clínicos. El estudio, denominado IntroDia, y realizado en 26 países a más de 10.000 pacientes con diabetes tipo 2, diferencia tres actitudes por parte del médico: dar ánimos, ser colaborativo y desanimar.
Los pacientes que observaron que sus médicos optaban por animarles y por ser colaborativos, mejoraron su manejo de la enfermedad, su bienestar y su dieta, aumentaron el ejercicio físico realizado y cumplieron mejor el tratamiento.