"Todo niño obeso será un adulto con diabetes si no cambia sus hábitos" ha sentenciado el pediatra Luis Castaño, presidente del 42 Congreso de la Sociedad Internacional de Diabetes infantil y en adolescentes que reunió recientemente en Valencia a más de 1.600 especialistas en la materia.

Buena parte de las 50 ponencias que se desarrollaron en el Palacio de Congresos versaron sobre la diabetes tipo 2, la relacionada directamente con la obesidad. Castaño, director del instituto Biocruces, profesor en la Universidad del País Vasco e investigador de Ciberdem, aseguró que España no ha llegado todavía a registrar adolescentes con la enfermedad desarrollada "aunque sí con alteraciones glucémicas relacionadas con la obesidad", y alertó que la tendencia es seguir el camino que ya han transitado países como Estados Unidos o México donde ya está suponiendo "un problema nacional".

"Lo de la dieta mediterránea está muy bien decirlo pero hay que ver qué comen nuestro niños y cuánto ejercicio hacen y ahí está la respuesta", ha afirmado. La mala alimentación y unos hábitos de actividad física relajados dejan datod alarmantes como que cuatro de cada diez niños españoles tienen sobrepeso o son ya, directamente, obesos.

"Es una barbaridad y en toda Europa estamos igual de mal que Italia y Grecia", advierte el especialista. Lo que está pasando al otro lado del Atlántico no es halagüeño y, por lo tanto, Castaño reclama intervenir "desde ya" en la población pediátrica. "Quizás ahora los niños obesos no van a tener diabetes tipo 2 pero a los 22 años sí, si no cambian sus hábitos, y eso ya se está viendo en Estados Unidos. No nos preocupa tanto la obesidad infantil per se como lo que les espera después", ha explicado.

Hasta ahora, la diabetes se venía relacionando con personas mayores "pero ya no y tenemos que trabajar junto al gobierno y la industria para intentar frenar el gran problema emergente de la obesidad". Junto a la aparición de la diabetes 2 en jóvenes, el congreso también se centró en la diabetes 1, la insulinodependiente, y la importancia de que los pequeños se hagan responsables de la enfermedad y de los hábitos más adecuados para ellos. "La educación es básica para el autocontrol. Ellos deben decidir cuándo controlarse, cuándo pincharse, qué comer y cuánto ejercicio hacer, siempre asesorados".

La investigación está abriendo nuevas vías y ya se está probando un prototipo "de páncreas artificial porque es un sensor independiente que marca cuándo inyectar a una bomba independiente". Las nuevas tecnologías y cómo pueden ayudar a los pequeños es otro de los ejes del congreso.