Los enfermos de diabetes, más sensibles a la quimioterapia

Los enfermos de diabetes se muestran más propensos a reacciones adversas a la quimioterapia como la cardiotoxicidad, que se detecta con ecocardiografía, según un informe dado a conocer en la Euroecho-Imaging 2016, la reunión anual de la Asociación Europea de Imágenes Cardiovasculares, una rama de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), que se ha celebradado en Leipzig (Alemania).

Esta complicación se hace cada vez más frecuente debido al aumento en la supervivencia del cáncer, que prolonga el contacto del enfermo con el tratamiento quimioterápico. “Cada vez se habla más de la cardiotoxicidad inducida por la quimioterapia con antraciclinas, principalmente porque ahora muere de cáncer una menor proporción de pacientes”, ha señalado Ana Catarina, cardióloga en formación en el Hospital García de Orta en Almada (Portugal).

En los próximos años, esta cardiotoxicidad aumentará la carga de insuficiencia cardiaca en los sobrevivientes de cáncer”, ha advertido Ana Catarina, quien ha recordado que “la buena noticia es que la cardiotoxicidad puede ser reversible en las primeras etapas antes de que se produzca una insuficiencia cardiaca importante”.

En su investigación, Catarina evaluó los factores que condicionan la probabilidad de que los pacientes sufran daño del corazón después del tratamiento con antraciclinas. El estudio analizó el impacto de los factores de riesgo cardiovascular y el tipo de cáncer en el desarrollo de la cardiotoxicidad para ayudar a identificar a los pacientes con mayor riesgo.

Para ello, el trabajo incluyó a un total de 83 pacientes del programa de vigilancia, de los cuales 54 padecían cáncer de mama, 20 linfomas y nueve tumores gástricos. Se recogieron datos demográficos de cada uno de ellos, factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, diabetes mellitus, dislipidemia, tabaquismo), enfermedades previas y tipo y dosis acumulativa de antraciclinas.

La evaluación ecocardiográfica incluyó las dimensiones de la cámara cardiaca, la función sistólica y diastólica, la fracción de eyección y la deformación longitudinal global. Se realizaron las mediciones antes de iniciar la quimioterapia, durante el tratamiento y después de terminar el tratamiento.

Los investigadores evaluaron el impacto de cada factor de riesgo en los cambios en los datos ecocardiográficos desde la línea de base hasta el seguimiento; y compararon los datos entre pacientes con diferentes tipos de cáncer.

En general, la deformación longitudinal global y la fracción de eyección del ventrículo izquierdo disminuyeron de forma progresiva y fueron más bajas después de la quimioterapia en comparación con la línea de base. Los pacientes con hipertensión mostraron una tendencia hacia mayores reducciones en la fracción de eyección y los que tenían diabetes registraron una disminución mayor en la deformación longitudinal global durante el tratamiento, a pesar de presentar niveles basales similares a los no diabéticos.

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