¿Podría llegar a desarrollarse una diabetes cerebral?

Los médicos reconocen hace mucho dos tipos de diabetes: la Tipo 1 con el que se nace y la Tipo 2, que se desarrolla más tarde en la vida... sin embargo, un creciente número de investigaciones apunta a una nueva forma, que sería la Tipo 3, y que a menudo es denominada por los investigadores como “diabetes cerebral”.

La diabets sin tratamiento daña a los vasos sanguíneos, los nervios y otros órganos; además de conducir a la ceguera, e incluso a la pérdida de las extremidades. La idea que subyece por detrás de la diabetes cerebral es que este mismo patrón de degeneración también podría invadir la mente.

Durante la última década, los investigadores han observado una conexión entre diabetes y demencia, lo que sugiere en muchos casos que las enfermedades pueden tener la misma raíz. En su nuevo libro “The Alzheimer’s Solution”, los médicos Dean y Ayesha Sherzai señalan que el denominador común es una interrupción en la capacidad del cuerpo para regular el azúcar.

La diabetes se produce cuando la glucosa no puede entrar en las células donde se la necesita y en cambio se concentra en la sangre y las células sienten hambre. Dado que el cerebro se basa en la glucosa para obtener energía, también puede sufrir un destino similar cuando el sistema de regulación del azúcar del cuerpo funciona mal. “La desregulación de glucosa en cualquier nivel durante un período prolongado de tiempo, es uno de los contribuyentes más comunes a la enfermedad de Alzheimer”, ha explicado Sherzai.

Hasta ahora, la mayor parte de la interpretación sobre el concepto Tipo 3, proviene de la investigación sobre los vínculos entre el Alzheimer y la diabetes. Pero la diabetes también puede conectarse a otros tipos de enfermedades neurodegenerativas, comenta la doctora Michele Tagliati, neuróloga del Centro Médico Cedars-Sinai de Los Ángeles. Tagliati observa en su consulta una gran cantidad de superposición entre el Parkinson y la diabetes, y está poniendo a prueba estas observaciones.

Siguiendo con la evidencia de que la prediabetes puede desempeñar un papel importante en la neurodegeneración, Tagliati está llevando a cabo actualmente un ensayo controlado con placebo que evalúa un medicamento originalmente diseñado y aprobado para la diabetes. El objetivo es ver si puede beneficiar a los pacientes con Parkinson.

Desde la década de 1920 los médicos han entendido el papel de la insulina en la diabetes, pero Tagliati dice que los investigadores recientemente han considerado cómo afecta al cerebro este proceso. “En el cerebro hay muchos receptores de insulina. No solo están en el músculo, hígado o riñón”, ha explicado.

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