Si el sobrepeso en la infancia se mantiene en la adolescencia aumenta el riesgo de padecer diabetes en la edad adulta

Ser obeso en la infancia se asocia con un incremento del riesgo de padecer diabetes tipo 2 en la edad adulta, pero solo si el exceso de peso continúa en la adolescencia o en la primera edad adulta. Es la principal conclusión a que ha llegado un estudio realizado por investigadores daneses y publicado en el The New England Journal of Medicine, que tras analizar los datos clínicos de más de 62.500 individuos ha concluido que la pubertad es un periodo crítico para realizar intervenciones e intentar evitar que el sobrepeso en la niñez acabe provocando enfermedades metabólicas más adelante en la vida.

Estudios previos ya habían asociado la obesidad infantil con un riesgo incrementado de padecer diabetes tipo 2 de adulto; pero lo que los investigadores daneses querían averiguar era si perder peso antes de entrar en la fase adulta podía reducir ese riesgo.

La pubertad es un periodo crítico para realizar intervenciones y evitar que el sobrepeso en la niñez acabe provocando enfermedades metabólicas de adulto. “Ya sabíamos que los niños con un índice de masa corporal elevado tenían un riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 más adelante en la vida”, ha explicado Lise G. Bjerregaard, del Centro de Investigación Clínica y Prevención de Enfermedades del Hospital Bispebjerg y Frederiksberg, en Dinamarca, y primera autora de este trabajo.

Sabíamos también que la pérdida de peso en la primera edad adulta podría retrasar la aparición de la diabetes tipo 2. Lo que no se sabía y era precisamente lo que pretendíamos averiguar era si la pérdida de peso en la infancia podía influir en el riesgo de diabetes tipo 2. Nuestra hipótesis era que, como ocurre en los adultos, los niños también se beneficiarían de la pérdida de peso. Y eso es precisamente lo que hemos visto”, ha añadido la investigadora.

La mayoría de intervenciones en salud pública van dirigidas a intentar que los adultos adelgacen, puesto que se ha visto que eso retrasa la aparición de esta enfermedad metabólica en aquellas personas que tienen un riesgo elevado de padecerla. Y en lo que respecta a niños se sabe que un índice de masa corporal elevado, incluso a niveles por debajo de las actuales clasificaciones de sobrepeso, se asocian a un riesgo incrementado de diabetes tipo 2 en la edad adulta.

Los investigadores daneses utilizaron para este estudio una base de datos de los colegios de Copenhague que incluye a prácticamente todos los niños que nacieron entre 1930 y 1989. Esta base de datos contenía los registros de peso y altura de los chavales año a año. A continuación, cruzaron los datos con los registros del servicio militar del país, que implica un examen médico obligatorio; así como con los datos de hospitales públicos, para saber si habían sido diagnosticados como diabéticos y cuándo.

El sobrepeso en todas las edades estaba correlacionado con un riesgo aumentado de diabetes. “Vimos que la asociación entre peso y enfermedad era más mayor cuanto más edad tuviera el individuo, lo que además se vinculaba con recibir antes un diagnóstico de diabetes tipo 2”, ha indicado Bjerregaard. Sin embargo, los investigadores también observaron que aquellos hombres que habían dejado de tener sobrepeso antes de los 13 años de edad conseguían rebajar su riesgo de padecer la enfermedad y equipararlo al de aquellas personas que nunca habían tenido sobrepeso. De ahí que los investigadores señalen que las políticas de intervención de salud públicas deberían realizarse antes de la adolescencia.

 “Creemos que normalizar el índice de masa corporal antes de ese periodo podría reducir el riesgo de acabar desarrollando la enfermedad”, ha destacado Bjerregaard. Y es que la pubertad es un periodo que desempeña un papel clave en el posterior desarrollo de la diabetes tipo 2 y que, además, está asociado a un descenso marcado de la sensibilidad a la insulina.

Según han descubierto en este estudio, el sobrepeso en la adolescencia parece ser un factor clave implicado en el aumento del riesgo de enfermedad metabólica en la vida adulta. A pesar de que este estudio, financiado por el Programa Horizon 2020 de la Unión Europea y el Consejo Europeo de Investigación, cuenta con una muestra elevada de individuos de quienes se tienen varias décadas de datos, se ha centrado solo en hombres. De ahí que ahora los investigadores quieran intentar obtener datos similares para mujeres para comprobar si el efecto de la pérdida de peso antes de la adolescencia se da en ambos sexos.

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