Mantener las encías sanas ayuda a controlar el azúcar en sangre

Los especialistas en salud dental defienden que no tener la boca en perfectas condiciones de salud, puede hacer que el transcurso de una diabetes sea mucho más incierto. En otras palabras, para disminuir el riesgo de deterioro de la salud en estos pacientes, es primordial mantener una boca sana.

 

El motivo es que sintomas como el sangrado de las encías, las caries que acaban afectando al nervio del diente, las fracturas dentales y otras formas de disbiosis oral, son condiciones locales que liberan factores inflamatorios que viajan por el torrente sanguíneo y pueden desencadenar uen un rastro dejado por el azúcar.

De esta manera, una boca insana a menudo está relacionada con una pobre salud general y de la diabetes, al menos, a largo plazo, de manera que al factor concreto del azúcar, habría que añadir uno nuevo con la inflamación.

Un paciente diabético tiene mayor riesgo de sufrir inflamación y sangrado de las encías, pérdida de hueso alrededor de los dientes y movilidad de los mismos, incluso pérdida de dientes; y en el otro sentido de esta relación, el mismo paciente diabético con problemas dentales, sobre todo relacionados con las encías y su inflamación, tendrá siempre un peor control del azúcar en sangre y, por ende, mayor riesgo de complicaciones a largo plazo en aspectos como el daño renal, la afectación visual, o el pie diabético.

Además, un paciente diabético con las encías inflamadas, no podrá tener, literalmente, un buen control metabólico, con toda la gravedad que ello implica.  Por suerte, si se cuida bien los dientes, se podrá reducir considerablemente este riesgo.

En este sentido, un estudio demuestra que los atletas de élite que tienen inflamación de las encías tienen un peor rendimiento deportivo, entrenamiento y bienestar general, hasta el punto de que tenemos en nuestras manos la posibilidad de mejorar nuestra salud general y bienestar simplemente cuidando de nuestra boca.

Así las cosas, acudir a las revisiones con nuestro dentista de forma periódica nos puede ahorrar no solo disgustos, sino mucho dinero, ya que contribuyen a mejorar nuestros hábitos de alimentación, técnicas de higiene y actitud frente a la salud oral, algo que siempre merece la pena.

Según el Dr. Valentín Fuster, prestigioso cardiólogo y director médico del Hospital Mount Sinai de Nueva York, “las personas que no cuidan de sus encías probablemente tampoco sigan muchos hábitos saludables”. Dándole la vuelta a esta frase, cuando más sana está la boca, más salud tenemos.

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