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Un modo de vida saludable reduciría un 76 % la mortalidad cardiovascular de los diabéticos

En las personas con diabetes, los problemas de corazón son los responsables del 50 % de los fallecimientos, que podrían prevenirse con las medidas adecuadas, ya que ambas problemáticas, la diabetes y los eventos cardiovasculares, son un asunto de salud pública que concierne a toda la sociedad, no solo por la gravedad de las complicaciones que pueden provocar estas afecciones, sino por el desconocimiento y la falta de diagnóstico que hay en torno a ellas, y que impide que la población pueda tratar una patología que, en muchos casos, ni siquiera saben que padecen.

 

Para mejorar la salud de la sociedad en general, y de las personas con diabetes en particular, el Ministerio de Sanidad publicó en marzo de este año la Estrategia de Salud Cardiovascular del Sistema Nacional de Salud, una acción conjunta europea para poder prevenir los problemas de corazón y diabetes en la población.

Aunque las personas con diabetes son quienes más se beneficiarían de adoptar hábitos saludables, al final es una tendencia que, de ser atendida por todos los ciudadanos, se mejoraría tanto la calidad como la esperanza de vida de la población en general.

Además, también sería clave incrementar las campañas de concienciación para reducir los malos hábitos, como pueden ser el consumo de alcohol y tabaco, ya que están compuestos con algunas sustancias químicas que dañan las células de los vasos sanguíneos, produciendo una inflamación que, en el colectivo de personas con diabetes, supone el 50% de los fallecimientos.

En este sentido, la Federación Española de Diabetes (FEDE) ha recalcado la necesidad de colaboración entre los principales agentes sanitarios e instituciones con las asociaciones de pacientes, pues es aquí donde las personas con diabetes encuentran la información relativa a su patología, la educación y el acompañamiento necesario, y las medidas necesarias para evitar, entre otras complicaciones, las cardiovasculares, que son el doble de propensos a padecer que una persona que no esté diagnosticado de diabetes.

Por todo esto, Juan Francisco Perán, presidente de FEDE, ha señalado que “se necesitan campañas de concienciación que aporten una respuesta rápida, equitativa y coordinada, en la que Administración Pública, profesionales sanitarios y asociaciones de pacientes trabajen de manera conjunta para frenar el avance tanto de la diabetes como de las enfermedades cardiovasculares, a través de información y educación sobre prevención y control, y hábitos de vida saludables”.

Y es que, según algunos estudios, con la educación diabetológica pertinente y promoviendo unos hábitos de vida equilibrados, se podría formar adecuadamente a los pacientes sobre los riesgos que conlleva su patología, y así, poder reducir hasta en un 76 % las muertes por problemas cardíacos.

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