Los expertos ha recordado que es fundamental que los profesionales sanitarios realicen un adecuado cribado de diabetes en las personas de riesgo con el objetivo de disponer de un diagnóstico y tratamiento precoces que podría disminuir las complicaciones a medio-largo plazo causadas por esta enfermedad.
Así las cosas, los expertos recomiendan realizar un cribado en adultos asintomáticos, pero sobre todo en los que tienen sobrepeso u obesidad añadido a factores de riesgo como tener un familiar de primer grado con diabetes, antecedentes de enfermedad cardiovascular (IAM, ictus, enfermedad arterial periférica), hipertensión arterial, colesterol alto, mujeres con síndrome de ovario poliquístico o sedentarismo.
Además, deberían forma parte de este cribado otros cuadros asociados a resistencia a la insulina (obesidad grave, acantosis nigricans), o mujeres con diagnóstico previo de diabetes mellitus gestacional.
También sería conveniente prestar atención a la raza, ya que la diabetes es más frecuente en latinos y en africanos; mientras que en el resto de los adultos, el cribado de la diabetes debe comenzar a los 35 años.
Estel cribado de la diabetes debe llevarse a cabo, segín los expertos, a partir de una analítica basal en ayunas alterada, que se cribaría en un segundo análisis basal con glicada.
La mayor parte de los pacientes se diagnostican en Atención Primaria, y es allí donde se inicia el tratamiento, salvo que debuten con una complicación aguda, por lo que es importante establecer cuanto antes unas medidas higiénico-dietéticas adecuadas, e iniciar tratamiento con fármacos, dependiendo de la glicada, con uno o dos antidiabéticos orales.
El tratamiento con insulina en pacientes con diabetes mellitus tipo 2 puede ser transitorio o definitivo, pero este último se instaurará en pacientes con larga evolución de diabetes, cuyas células ß han perdido una parte importante de su capacidad secretora de insulina y en los que los antidiabéticos no insulínicos no son suficientes para mantener un control glucémico óptimo.
También en los que por insuficiencia orgánica, intolerancia o efectos secundarios, no puedan utilizar uno o más antidiabéticos no insulínicos.
La pauta de insulina será transitoria al diagnóstico en casos sintomáticos, o cuando haya contraindicación temporal de antidiabéticos orales, tales como ingresos hospitalarios, determinadas pruebas diagnósticas o enfermedades agudas intercurrentes.
Optarán a esta pauta transitoria de insulina los diabéticos tipo 2 que tengan una descompensación hiperglucémica o cetósica aguda en el contexto de enfermedades agudas intercurrentes o tratamiento con corticoides, traumatismos graves, cirugía mayor y embarazo.
Además, parece claro que los pacientes en tratamiento con insulina precisan una educación diabetológica adecuada, sobre la técnica de inyección, manejo y conservación de los dispositivos, monitorización de la glucemia, reconocimiento y tratamiento de hipoglucemias, titulación de dosis en casos de insulina basal y ajuste de dosis según glucemia e ingesta en la insulina rápida.