Tres de cada cuatro casos de diabetes en España son debidos a una mala alimentación

Un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Tufts (Boston, EEUU) y publicado en la revista Nature Medicine, concluye que la mala alimentación es el principal factor para el desarrollo de la diabetes, y más en concreto, que el 70 % de los nuevos casos de diabetes diagnosticados en todo el mundo, más de 14,1 millones, podrían atribuirse a una mala alimentación

 

En España, esta cifra es incluso superior, ya que más de tres de cada cuatro nuevos casos de esta enfermedad (76,4 %) son atribuibles a la dieta, según concluye este estudio para el que los investigadores tuvieron en cuenta once factores dietéticos: exceso de consumo de cereales refinados, carnes procesadas, carnes rojas no procesadas, bebidas azucaradas, zumos de frutas y snacks salados; y consumo insuficiente de cereales integrales, yogures y lácteos no azucarados, frutas, frutos secos, legumbres y verduras sin almidón. De estos 11 factores dietéticos, hubo tres que tuvieron una especial contribución a la creciente incidencia global de diabetes tipo 2: la ingesta insuficiente de cereales integrales, el exceso de consumo de arroz y trigo refinados y la ingesta excesiva de carnes procesadas.

España casi calca el patrón internacional, pero con matices, ya que el exceso de consumo de carnes rojas no procesadas se cuela en el pódium español de factores alimentarios responsables de la diabetes (23 %), en una triste clasificación liderada por el consumo excesivo de carnes procesadas (40 %) y la deficiente ingesta de cereales integrales (30 %).

Según ha explicado al diario El País Meghan O’Hearn, autora principal del estudio, “el porcentaje y el número de casos de diabetes debido a una dieta deficiente es alarmante y una llamada de atención para los responsables de la formulación de políticas, los profesionales de la salud pública y los médicos, para que se pongan en marcha políticas e intervenciones que aborden las prioridades dietéticas dentro del contexto local”, al tiempo que ha hecho una llamada a la implicación de la industria alimentaria “para impulsar los cambios en la dieta de la población necesarios para sofocar esta creciente epidemia de diabetes tipo 2 mundial”.

En ese sentido, la investigadora sugiere medidas como desincentivos gubernamentales para los alimentos insanos, a través de políticas fiscales, requisitos estrictos de etiquetado o restricciones, incentivos para alimentos saludables y estrategias de innovación del sector privado para crear un entorno que impulse una alimentación saludable.

Uno de los datos relevantes obtenidos en la investigación publicada en Nature Medicine muestra que el consumo excesivo de alimentos nocivos contribuye en mayor medida (60,8 %) a la carga mundial de diabetes tipo 2 que el consumo insuficiente de alimentos protectores de la salud (39,2 %), lo que vendría a corroborar algo que llevan tiempo defendiendo los dietistas-nutricionistas, y que consiste en que tiene más sentido disminuir el consumo de alimentos insanos que aumentar el de los saludables.

En este sentido, Giuseppe Russolillo, presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética, considera que el hecho de que tenga más peso en la carga de diabetes el consumo de alimentos insanos se debe fundamentalmente a que ese consumo desplaza la ingesta de alimentos saludables, y advierte que “la principal causa de la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes tipo 2 reside principalmente en la reducción del consumo de unas sustancias que se llaman fitoquímicos vegetales (presentes en frutas, verduras, cereales integrales y legumbres, frutos secos, y aceites vegetales como el aceite de oliva virgen extra) que tienen la capacidad de ejercer un efecto protector sobre nuestra salud”,

Según el estudio, los mayores aumentos en la carga de diabetes tipo 2 atribuibles a la dieta ocurridos en las últimas tres décadas se dieron en el África subsahariana y en el sudeste y el este asiático, zonas del mundo que, con diferencias, se han ido sumando al patrón de alimentación occidental y abandonando sus patrones dietéticos tradicionales, más apegados a los productos de origen vegetal.

Se da la paradoja, según los resultados de la investigación, de que a nivel mundial la carga estimada de diabetes tipo 2 atribuible a la dieta fue más alta entre las personas con educación alta; sin embargo, en los países de nivel económico medio-alto, entre ellos España, sucede justo lo contrario: la mayor incidencia se encuentra entre las personas con menor educación y, por tanto, con menos ingresos económicos.

Esta evidencia muestra que para luchar contra la imparable proliferación de casos de diabetes tipo 2 las estrategias no pueden ser las mismas para todos los lugares del mundo; y en el caso de países como España, Cristóbal Morales aboga por implantar esas intervenciones educativas desde la primera infancia.

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