Cristina Iaboni no era lo suficientemente obesa como para cumplir con el criterio necesario para acceder a una cirugía bariátrica que la ayude a controlar su diabetes tipo 2. Incluso seis años de medicación e intentos por llevar una vida más saludable fracasaron en la búsqueda por reducir su nivel de glucosa en la sangre, lo que la mantenía aterrada de estar en un camino que podía llevarla a la insuficiencia renal y a amputaciones, consecuencias frecuentes de la diabetes sin controlar.
Pero a esta mujer de 45 años, madre de dos hijos, finalmente le llegó su oportunidad. En el 2009 se encontró con el doctor Francisco Rubino del Centro Médico Weill Cornell en Nueva York. El experto acababa de recibir aprobación para estudiar una cirugía experimental en diabéticos con una relación peso-altura, o índice de masa corporal (IMC), normal o casi normal.
Iaboni estuvo entre sus primeros sujetos de prueba. Tres años después, la mujer ha bajado unos 22 kilos para lograr un peso saludable de casi 66 kilos y tiene presión normal sin necesidad de usar medicación. Eso no es lo más sorprendente: la pérdida de peso es el fin de la cirugía bariátrica y suele reducir la presión.
Lo más destacable es que Iaboni ya no tiene diabetes. Si bien no es la primera paciente con diabetes que pudo dispararse por la obesidad, que se cura con una cirugía para adelgazar, sí es una rareza por lograrlo con un IMC por debajo del famoso umbral de obesidad de 35 puntos o más.
Ese es el nivel en el cual la Asociación Estadounidense de la Diabetes dice que "se consideraría" la cirugía y al que Medicare y algunas aseguradoras privadas la cubren.
Además, la diabetes de Iaboni desapareció meses antes de que ella bajara la mayor parte del peso adelgazado. Su experiencia ha generado una intrigante posibilidad: que algunas formas de cirugía bariátrica traten la diabetes sin hacer que los pacientes bajen de peso.
En cambio, redirigiendo parte del sistema digestivo, se lograrían cambiar las señales que los intestinos envían al cerebro y que éste manda al hígado, alterando las causas subyacentes de la diabetes. Si se confirma, la cirugía bariátrica ayudaría a las personas con diabetes tipo 2 que son menos obesas, que tienen sobrepeso o que incluso tienen un peso saludable. Y sería también efectiva contra la actualmente incurable diabetes tipo 1, o "juvenil".
"Todos los libros de texto dicen que la diabetes es crónica, irreversible y progresiva", ha ducho Rubino, "pero tenemos miles de pacientes que alguna vez tuvieron diabetes y ahora no la tienen", agregó.