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Elaboran una nueva clasificación de la diabetes para facilitar tratamientos 'a la carta'

La mayoría de los pacientes diagnosticados con diabetes son tratados con un protocolo de 'talla única para todos' que no se adapta a la fisiología de cada persona y puede hacer que muchos se traten de manera inadecuada. Sin embargo, según un nuevo estudio realizado por científicos del Broad Institute of MIT y Harvard y Massachusetts General Hospital (MGH), coordinados por el investigador español José C. Florez, los cambios genéticos heredados podrían convertirse en la base de la variabilidad observada entre los pacientes en la clínica, con diferentes procesos fisiopatológicos que pueden conducir a los niveles altos de azúcar en sangre y sus consecuencias.

Al analizar los datos genómicos con una herramienta computacional que incorpora la complejidad genética, los investigadores identificaron cinco grupos distintos de sitios de ADN que parecen conducir diferentes formas de la enfermedad de maneras únicas. El trabajo representa un primer paso hacia el uso de la genética para identificar subtipos de diabetes tipo 2, lo que podría ayudar a los médicos a prescribir intervenciones dirigidas a la causa de la enfermedad, en lugar de solo los síntomas.

 «Tenemos alrededor de una docena de medicamentos para tratar la diabetes tipo 2, pero después de comenzar con el algoritmo estándar, lo que se hace principalmente es prueba y error», ha explicado Salud Florez, endocrinóloga de MGH, codirectora del Programa de Metabolismo de Broad, y profesora en la Escuela de Medicina de Harvard, que ha añadido que «necesitamos otro enfoque que aborde los muchos procesos moleculares diferentes que conducen al alto nivel de azúcar en la sangre». En este sentido, comenta, «nuestra esperanza es que la medicina de precisión llegue a los pacientes».

El trabajo revela cinco grupos de variantes genéticas que se distinguen por distintos procesos celulares subyacentes, dentro de las principales divisiones existentes de la enfermedad resistente a la insulina y deficiente en insulina. Dos de estos grupos contienen variantes que sugieren que las células beta no funcionan correctamente, pero que difieren en sus efectos sobre los niveles del precursor de insulina, la proinsulina. Los otros tres grupos contienen variantes de ADN relacionadas con la resistencia a la insulina, incluyendo un grupo mediado por la obesidad, uno definido por el metabolismo alterado de las grasas en el hígado y otro provocado por defectos en la distribución de grasa dentro del cuerpo, conocido como lipodistrofia.

Para confirmar estas observaciones, el equipo analizó los datos del Proyecto Epigenómico Roadmap de los Institutos Nacionales de la Salud y descubrieron que los genes contenidos en los grupos eran más activos en los tipos de tejidos que uno esperaría.

Para probar más a fondo si a cada grupo se le había asignado el mecanismo biológico correcto, los investigadores reunieron datos de cuatro cohortes independientes de pacientes con diabetes tipo 2 y primero calcularon los puntajes de riesgo genéticos individuales de cada grupo. Encontraron que casi un tercio de los pacientes obtuvieron puntajes altos en un solo grupo predominante, lo que sugiere que su diabetes puede ser impulsada especialmente por un único mecanismo biológico.

Hay organizaciones privadas de salud en EE.UU. que ya están realizando genotipado masivo en muchos de sus participantes, y lo más probable es que se termine haciendo un rastreo del genoma completo, para que se pueda utilizar en todo tipo de fenotipos e indicaciones clínicas. Entonces se podrá examinar si los medicamentos actuales funcionan mejor o peor en cada subtipo, algo que se está investigando; y además, estos hallazgos permitirán definir vías fisiopatológicas que causan la diabetes tipo 2, y que pueden guiar el desarrollo de nuevas terapias.

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