Asocian un Indice de Masa Corporal (IMC) muy alto en adolescentes con la aparición de diabetes tipo 1

Existen varias investigaciones realizadas en niños pequeños que demuestran la existencia de una asociación entre el aumento del Índice de Masa Corporal (IMC) y el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 1, pero las pruebas en la adolescencia tardía son de momento limitadas. En este contexto, y viendo que la mitad de los casos de diabetes de tipo 1 se desarrollan después de la adolescencia tardía, un nuevo estudio ha analizado la asociación entre el IMC en la adolescencia tardía y la diabetes tipo 1 incidente en la edad adulta joven.

 

A la hora de comenzar con los ensayos de este trabajo, se incluyeron para el análisis todos los adolescentes israelíes, de entre 16 y 19 años, que se sometieron a una evaluación médica como preparación para el reclutamiento militar obligatorio entre enero de 1996 y diciembre de 2016, a menos que tuvieran un historial de azúcar en sangre anormal.

En total se incluyó a un total de 1,46 millones de adolescentes, y con el objetivo de conseguir una respuesta lo más ajustada posible, los datos obtenidos se vincularon con la información sobre la aparición de diabetes tipo 1 en adultos en el Registro Nacional de Diabetes de Israel.

De esta manera, el Índice de Masa Corporal (IMC) se asoció con la diabetes tipo 1 incidente. Así las cosas, en un modelo ajustado por la edad, el sexo y las variables sociodemográficas, el aumento del riesgo de diabetes de tipo 1 se incrementaba a medida que aumentaba el IMC.

En concreto, un leve aumento del riesgo (41 %) era evidente en los valores de IMC del rango normal más alto; y en general, para todo el rango de IMC, los autores informaron de que cada 5 kg/m2 el riesgo ajustado de desarrollar diabetes tipo 1 aumenta en un 35 %.

El estudio ha sido presentado en la revista Diabetologia y demuestra que cada vez hay más pruebas de la relación entre la obesidad y varias enfermedades autoinmunes. Una posible explicación que aportan es que los elevados niveles de adipokinas y citoquinas inflamatorias asociadas a la obesidad disminuyen la autotolerancia al promover procesos proinflamatorios que conducen a la diabetes.

Otros factores asociados a la obesidad pueden contribuir al desarrollo de la autoinmunidad, como la deficiencia de vitamina D, el consumo de una dieta rica en grasas o la modulación de la microbiota intestinal. Dado que hubo una asociación entre la obesidad adolescente y la diabetes de tipo 1 incluso cuando se excluyeron aquellos con condiciones autoinmunes preexistentes, factores adicionales pueden vincular la obesidad específicamente a la diabetes de tipo 1.

En este contexto, los expertos afirman que estos hallazgos tienen implicaciones para la salud pública, de forma que la prevalencia de la obesidad en los adolescentes está aumentando en todo el mundo a un ritmo alarmante, con proyecciones nefastas para el futuro próximo.

El estudio prevé que alrededor de 1 de cada 8 (12,8 %) de los nuevos casos diagnosticados de tipo 1 pueden atribuirse a un peso anormalmente excesivo en la adolescencia. Así pues, con el aumento de los niveles de obesidad, especialmente de la forma grave, cabe esperar que el actual aumento anual de los casos de tipo 1 sea aún más pronunciado.

Este estudio se suma a las crecientes pruebas sobre los peligros para la salud asociados a la obesidad de los adolescentes.

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