Confirman que el fármaco contra la obesidad semuglitida reduce un 61 % el riesgo de padecer diabetes

Los obesos cuentan con una nueva ayuda para evitar que su enfermedad se convierta en una diabetes tipo 2, ya que según los resultados de nueva investigación presentada en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) en Estocolmo (Suecia), la semuglitida podría reducir a más de la mitad el riesgo de padecer esta enfermedad ligada a la obesidad y la mala nutrición.

 

Según ha asegurado W. Timothy Garvey, del Departamento de Ciencias de la Nutrición de la Universidad de Alabama en Birmingham y director del estudio, “la semaglutida parece ser el medicamento más efectivo hasta la fecha para tratar la obesidad y está comenzando a cerrar la brecha con la pérdida de peso después de la cirugía bariátrica”.

La semaglutida ya cuenta con la autorización para su uso contra la obesidad por parte del regulador americano (FDA) y del inglés (NICE), sin embargo, no se conocía si era capaz de reducir el riesgo de diabetes. "Su aprobación se basó en los resultados de ensayos clínicos que muestran que reduce el peso en más de un 15 por ciento de media cuando se usa junto con un estilo de vida saludable. Esta cantidad de pérdida de peso es suficiente para tratar o prevenir una amplia gama de complicaciones de la obesidad que perjudican la salud y la calidad de vida y es un cambio de paradigma en la Medicina de la obesidad", ha detacado Garvey.

Para averiguar esta relación, los investigadores llevaron a cabo un análisis técnico de dos grandes ensayos de semaglutida. En el primero, 1.961 personas con obesidad o sobrepeso recibieron una inyección de 2,4 mg de semaglutida o un placebo semanalmente durante 68 semanas; mientras que el segundo constó de 803 participantes que recibieron inoculaciones semanales durante 20 semanas y, posteriormente, permanecieron durante 48 semanas con placebo o con semaglutida.

Los participantes en ambos ensayos recibieron asesoramiento sobre dieta y ejercicio, y en base a esto, los investigadores utilizaron la estadificación de la enfermedad cardiometabólica (CMDS) para predecir el riesgo de los participantes de desarrollar diabetes en los próximos 10 años. “Se ha demostrado previamente que CDMS es una medida muy precisa del riesgo de DT2 y se calcula mediante una fórmula que tiene en cuenta el sexo, la edad, la raza, el IMC y la presión arterial del paciente, así como los niveles de glucosa en sangre, colesterol HDL y triglicéridos”, han aclarado los investigadores.

Los resultados del análisis mostraron que para los participantes del primer estudio las puntuaciones de riesgo de diabetes a 10 años se redujeron en un 61 %, pasando del 18,2 % en la semana 0 al 7,1 % en la semana 68, una reducción que apenas fue del 13 % en la puntuación de riesgo para quienes recibieron el placebo (17,8 % en la semana 0 a 15,6 % en la semana 68).

Las puntuaciones de riesgo reflejaron la pérdida de peso, que fue del 17% de media con semaglutida frente al 3 % con placebo.

Los investigadores han aclarado que al comienzo del ensayo las puntuaciones de riesgo eran más altas en los participantes con prediabetes que en aquellos con niveles normales de azúcar en sangre. Sin embargo, la semaglutida redujo el riesgo en una cantidad similar en ambos grupos.

En los participantes del segundo ensayo, las mayores disminuciones en las puntuaciones de riesgo se observaron en las primeras 20 semanas, pasando del 20,6 % en la semana 0 al 11,4 % en la semana 20); mientras que los que continuaron recibiendo semaglutida vieron como la puntuación de riesgo disminuyó aún otro 7,7 % y aquellos en los que cambiaron a placebo, aumentó el riesgo un 15,4 %.

Esto indica, según los investigadores, que se necesita un tratamiento sostenido con semaglutida para mantener la reducción del riesgo de diabetes. “La semaglutida reduce el riesgo futuro de diabetes en más del 60 por ciento en pacientes con obesidad. Esta cifra es similar si un paciente tiene prediabetes o niveles normales de azúcar en la sangre. Además, se requiere tratamiento sostenido para mantener el beneficio”, ha reivindicado Garvey, quien en base a su investigación considera que la semaglutida podría usarse de manera efectiva para reducir la carga de estas enfermedades crónicas.

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