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Defienden la inversión en Recursos Humanos y Tecnología para reducir el gasto sanitario en materia de Diabetes

Invertir en recursos humanos y en nuevas tecnologías para optimizar el tratamiento de la diabetes es clave para reducir el gasto sanitario y mejorar la calidad de vida de las personas con diabetes, según han defendido los partiocipantes en el webinar titulado “En clave económica: ‘Diabetes y calidad de vida’”, organizado por la Federación Española de Diabetes (FEDE).

 

De esta manera, Juan Francisco Perán, presidente de FEDE, ha declarado que “en España hay cerca de 6.000.000 de personas con diabetes y cada día hay 1.100 diagnósticos, lo que supone cerca de 400.000 nuevos casos al año, de los que el 80% son casos de personas con diabetes tipo 2”, y ha explicado que aunque este tipo de patología está asociado a la edad y a hábitos de vida sedentarios, “cada vez es más frecuente encontrarse con pacientes jóvenes con diabetes tipo 2, algo muy preocupante ante el aumento de casos".

Por su parte, Miguel Ángel Casado, experto en economía y salud, apuntó que un estudio llevado a cabo en 2012 reflejaba que el gasto directo sanitario en la asistencia sanitaria a pacientes con diabetes ascendía a 5.800 millones de euros anuales, y explicó que “lo que aproximadamente podría representar 6.000 millones de euros en 2021”, al tiempo que defendía que, a la vista de estos costes, invertir en educadores en diabetes es “muy barato”, en comparación con el gasto sanitario que suponen las complicaciones derivadas de la diabetes.

En este sentido, Casado explicó que “hay que invertir en prevención y diagnóstico. Las enfermedades silentes como la diabetes están impactando gravemente en el Sistema Nacional de Salud (SNS)”, para añadi que, según los últimos estudios, en España “podría haber más de 2.000.000 de personas con diabetes tipo 2 sin diagnosticar”, razónpor la que urge la contratación de personal de Enfermería, al quedar calro que “los datos de la UE señalan que hacen falta unas 100.000 enfermeras”.

A este respecto también se pronunció Javier Escalada, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), quien hizo un llamamiento para que se consolide el reconocimiento de la formación de los enfermeros educadores en diabetes, y afirmó que “es verdad que hacen falta muchas enfermeras diabetológicas, pero hay que señalar además que la formación no está reconocida”, al tiempo que lamentaba la situación de este tipo de profesionales sanitarios puesto que “cuando una enfermera diabetológica deja su puesto puede ser sustituida por otra persona que no tenga formación en esta materia”.

En este sentido, Perán añadió que “FEDE, junto con el Consejo General de Enfermería está trabajando para que se reconozca esos diplomas de acreditación avanzados, que son muy importantes para los pacientes y para los familiares”l, y señaló que “en Atención Primaria, los pacientes con diabetes tipo 2 son atendidos por los médicos de familia, que apenas tienen tiempo para verlos, y las enfermeras de Atención Primaria no tienen acceso a la formación diabetológica”, motivo por el que “el enfermero experto en diabetes en Atención Primaria es el eslabón que falta entre el médico y el paciente, y el que tiene que hacer el seguimiento para que ese tratamiento se cumpla, lo que además serviría como punto de unión con las unidades de Endocrinología de los hospitales”.

Otros aspectos que podrían mejorar la atención a los pacientes con diabetes son los sistemas de monitorización flash de glucosa, unos sistemas que “ya han demostrado que ahorran costes al reducir las hipoglucemias y los ingresos hospitalarios derivados”, según detalló Casado, que citó un estudio de reciente publicación que señala que “en una cohorte hipotética de 1.000 pacientes con diabetes tipo 2 tratados con una pauta bolo basal durante un año, estos sistemas podrían evitar 5.400 hipoglucemias, de las cuales 1.220 podrían ser graves y 4.187 no graves. Además, se podrían reducir 48 ingresos hospitalarios”.

Según el especialista, para esta cohorte de 1.000 pacientes, “estos sistemas de monitorización flash producirían un ahorro de entre 580.000 y 600.000 euros al año, lo que supone un 25,1% respecto del gasto sanitario actual”.

Por todo ello, los ponentes coincidieron en la necesidad de que estos dispositivos sean financiados por la Administración, pero, además, que se apueste por la formación de los profesionales sanitarios, puesto que “por mucha tecnología que haya, si no se forma a los profesionales, no se van a obtener resultados”.

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