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Granada acoge un campamento para niños diabéticos que combina ocio y control de la enfermedad

Un total de cuarenta niños de entre 7 y 14 años con diabetes procedentes de toda la Comunidad Autónoma de Andalucía participan en un campamento que se celebra en Granada y que les permite combinar el ocio con la formación con el objetivo de conseguir un mejor manejo de su dolencia con autonomía.

 

Se trata de menores procedentes de diferentes puntos de Andalucía que participan en un campamento infantil supervisado por profesionales de los hospitales Clínico San Cecilio y Virgen de las Nieves de Granada, una actividad organizada por la Asociación Granadina de Diabetes (AGRADI), que reúne en la granja escuela El Molino de Lecrín a niños con esta patología crónica, la gran mayoría menores, que han recibido recientemente el diagnóstico.

La Junta de Andalucía ha explicado que la presencia de sanitarios resulta imprescindible para garantizar el seguimiento de los niños y la correcta atención durante su desarrollo, ya que son menores aun en edades tempranas; y que el objetivo de este campamento es combinar actividades de ocio al aire libre y facilitar que los niños puedan desenvolverse fuera del ámbito familiar con autonomía y recibir información sobre su enfermedad y datos para saber cómo manejarla.

El personal sanitario se encarga de ajustar los tratamientos, pautar las dosis de insulina que los niños deben aplicarse previamente a las comidas y de realizar el seguimiento de cada uno de ellos previniendo cualquier hipoglucemia, además de enseñar a los más pequeños a manejar los dispositivos para controlar su enfermedad.

Este campamento de AGRADI celebra este año su 25ª edición tras el parón forzoso por la pandemia, y mantiene una elevada demanda en la que muchos niños repiten para ganar autosuficiencia.

En este sentido, el coordinador de los campamentos y representante de AGRADI, Antonio Salinas, ha explicado que "los campamentos suponen un antes y un después en todos los menores que participan, ya que entienden la dificultad de su enfermedad, empatizan, aprenden y trabajan en grupo al estar con personas con la misma patología".

Este campamento cuenta con el trabajo de un grupo de monitores voluntarios con amplia experiencia que padecen también diabetes, lo que facilita la formación con un trato de igual a igual.

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