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Desarrollan un nuevo páncreas artificial no invasivo para la diabetes

Medicsen ha sido finalista en los Premios Mapfre a la Innovación por un novedoso proyecto de salud que consiste en un páncreas artificial no invasivo para cuidar la diabetes, administrando fármacos sin agujas, una tecnología podría adaptarse a todo tipo de enfermedades, pero que es especialmente interesante en el caso de la diabetes.

 

Haciendo uso de las ondas inocuas que emite se aparato, los poros naturales de la piel se abren permitiendo la entrada de macromoléculas, una idea puesta en marcha por Eduardo W. Jørgensen, CEO de Medicsen, a raiz de que una niña con diabetes dijo que no quería seguir usando el tratamiento de insulina por los pinchazos y la incertidumbre, lo que le hizo pensar en un proyecto que ha derivado en este páncreas artificial no invasivo.

Seún ha explicado Jørgensen, “conceptualizamos un páncreas artificial no invasivo para solucionar los problemas percibidos por los pacientes, contando con dos componentes tecnológicos”, al tiempo que "el software se encarga de predecir la glucosa que tendrán los usuarios durante las próximas dos horas, aportando consejos de estilo de vida y solucionando dudas como ‘¿puedo tomar un zumo en 30 minutos?’, para mantener la glucosa estable”.

El hardware consiste en un dispositivo tipo parche que administra los fármacos a través de la piel “sin agujas ni dolor”, una tecnología desarrollada desde cero, y que para que funcione, hubo que desarrollar desde cero una tecnología basada en ondas de sonido inocuas que generan microporos en la superficie de la piel y logran aumentar la permeabillidad de la misma a fármacos que, a día de hoy, se administran con inyecciones subcutáneas, como la insulina.

Además, esta tecnología ha sido incluida en un dispositivo tipo parche que permite recibir las dosis necesarias de fármaco en cualquier lugar y situación, con comodidad y discreción”, ha subrayado Jørgensen, para quien “las ondas de ultrasonidos –explica el CEO de Medicsen– no generan problemas para el ser humano mientras sus características energéticas estén dentro de unos límites. Para aumentar el tamaño de los poros, podemos mantenernos en rangos seguros, pues lo que necesita la piel para aumentar su permeabilidad es ser golpeada repetidamente, como si fuera un tambor que, al recibir multitud de impactos de sonido, se relaja y permite el paso de sustancias, cerrándose otra vez cuando se detiene la estimulación".

Esto es lo que permite la entrada de macromoléculas de hasta 2000KDa, un peso muy pequeño, pero que "es un buen indicador del tamaño que tendrá una molécula, y hemos visto que nuestra tecnología puede funcionar con las que tienen hasta 2000 KDa, es decir, la gran mayoría de las sustancias que se administran a través de la piel como la insulina, la heparina o los anticuerpos”, aclara Jørgensen, que añade que “aunque no se podría administrar contraste radiológico por ejemplo”.

Por el momento, el objetivo en Medicsen es mejorar la calidad de vida de los pacientes con enfermedades crónicas a través de una reducción del dolor y la incertidumbre, y para ello, cuentan con un prototipo operativo que ha sido validado en estudios en vivo con cerdos, demostrando un aumento de la absorción de fármacos sin dañar la piel ni disminuir la actividad biológica de la molécula.

Además, están completando los estudios de este páncreas artificial en animales para empezar en humanos a finales de 2021, de forma que "hemos protegido la propiedad intelectual y estamos trabajando con el CSIC para hacer nuevas patentes relativas a la miniaturización”, asegura.

Una vez hayan logrado impactar en el mundo de la diabetes, el objetivo de Medicsen será poder estandarizar esta metodología de tratamiento para otras enfermedades crónicas que se puedan beneficiar de una reducción de pinchazos en el día a día, como la esclerosis múltiple o la anticoagulación.

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