El 70 % de las personas con diabetes sufren algún tipo de neuropatía

La neuropatía diabética es una de las complicaciones frecuentes de la diabetes mellitus y se produce como consecuencia de la disfunción de los nervios periféricos; y se manifiesta, en la mayoría de los casos, por la aparición de un tipo específico de dolor neuropático que provoca gran sufrimiento, altos grados de invalidez e importante deterioro de la calidad de vida.

Se estima que entre el 60% y el 70% de las personas con diabetes sufren algún tipo de neuropatía. El dolor en la neuropatía diabética se percibe como el resultado de la integración de dos sensaciones: una en la dimensión física o sensorial, a la que da soporte el aparato fisiológico, y otra en la dimensión psíquica o afectiva-emocional que aporta dos tipos de sentimientos: uno de repulsión y rechazo, de carácter inmediato, que genera un deseo irresistible de escapar del estímulo rápidamente y otros ligados a las consecuencias inmediatas y tardías del daño.

De estos sentimientos nacen conductas emocionales de frustración, ansiedad y depresión que enrarecen la percepción sensorial y que aportan elementos complejos y de amplificación que suelen complicar la terapia cuando el dolor permanece durante largo tiempo.

Las personas con diabetes pueden desarrollar trastornos nerviosos en cualquier momento, pero el riesgo aumenta con la edad y con una diabetes más prolongada. Las tasas más altas de neuropatía se encuentran en personas que tienen diabetes desde al menos durante 25 años.

Las neuropatías diabéticas también parecen ser más comunes en personas que tienen problemas en controlar la glucosa en sangre, así como en aquellas personas con niveles elevados de grasa corporal y presión arterial, y en aquellas que tienen sobrepeso.

La forma más común de neuropatía diabética es la polineuropatía diabética sensitivomotora (PDSM). Los síntomas de la PDSM pueden ser positivos, que incluyen generalmente parestesias y dolor distal en los miembros inferiores, descritos por los pacientes como quemazón, hiperestesia y alodinia; o negativos como entumecimiento, pérdida de las sensaciones táctiles, insensibilidad a los cambios de temperatura, inestabilidad al deambular y caídas, artropatía neuropática, y traumatismos del pie que pasan inadvertidos y pueden dar lugar a infecciones, úlceras y amputaciones.

Es importante tener en cuenta que una cuarta parte de los pacientes con PDSM presentan un cuadro de depresión significativa persistente que puede requerir un tratamiento específico.

La PDSM es un trastorno prevalente en las personas con diabetes; puede llegar a afectar hasta un 27.6 % de los sujetos diabéticos y un 13 % de los pacientes con intolerancia a la glucosa, lo que sugiere que la prediabetes también se asocia a la aparición de neuropatía.

El tratamiento de la PDSM incluye dos aspectos: la modificación de la enfermedad y el control de los síntomas (dolor). En líneas generales, los ensayos que investigaron tratamientos para modificar la enfermedad no han logrado resultados eficaces, por lo que la mayoría de los ensayos clínicos se centran en el tratamiento del dolor asociado con este trastorno.

El tratamiento principal para los pacientes con PDSM y neuropatía diabética dolorosa es el alivio del dolor. No hay datos que demuestren que el dolor neuropático responde a un mejor control glucémico o al ejercicio. La percepción del dolor no se explica simplemente por el grado de lesión de las fibras nerviosas periféricas; también influyen la modulación de la entrada nociceptiva por la médula espinal y los mecanismos cerebrales. 

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