Las ‘comidas para llevar’ aumentan la diabetes en los niños

Cada vez es mayor el número de hogares de nuestro país que encargan comidas al exterior... y es que la comida preparada o comida para llevar no solo resulta mucho más cómoda que cocinar, sino también muy accesible. Sin embargo, este tipo de alimentación no es tan nutritiva y, sobre todo, tan sana como la comida casera.

Las investigaciones realizadas al respecto muestran que el abuso de la comida para llevar se asocia a una peor dieta, una mayor grasa corporal y un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2 en los adultos.

Pero las personas mayores de edad no son las únicas destinatarias de este tipo de comida. Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad San Jorge de Londres (Reino Unido), ha concluido que excederse en el consumo de esta forma de alimentación tiene consecuencias igualmente nefastas para los menores, sobre todo un incremento de los factores de riesgo de las patologías cardiovasculares y la diabetes.

Según explica Angela Donin, directora de esta investigación publicada en la revista Archives of Disease in Childhood, «nuestros resultados sugieren que un mayor incremento en el consumo de ‘comida para llevar’, así como en la publicidad directa que nutre este crecimiento, tendrá, muy probablemente, consecuencias adversas para la salud pública, por lo que deben tomarse medidas para desalentarlo».

Cuenta el diario ABC que en el estudio, los autores contaron con la participación de 1.948 niños ingleses con edades comprendidas entre los 9 y los 10 años y que contestaron a distintos cuestionarios sobre sus hábitos alimenticios –incluido el origen de sus comidas y la frecuencia con la que consumían comida para llevar–.

Y lo que hicieron fue evaluar su estatura, peso, perímetro de cintura, espesor de los pliegues cutáneos, porcentaje de grasa corporal, presión sanguínea y niveles de colesterol. El caso es que los resultados mostraron que hasta 555 de los participantes, el 28 % del total, consumían comida para llevar cuando menos una vez a la semana. Un porcentaje que se estableció en un 46 % –894 niños– en el caso de los que recurrían a estas comidas menos de una vez por semana y en el 26 % –499 menores– en el de aquellos que afirmaban que el consumo de comida para llevar en sus hogares era nulo o muy infrecuente.

El caso es que los mayores niveles de colesterol asociados a las comidas para llevar son suficientes para aumentar en un 10 % el riesgo de cardiopatía isquémica.

Todos los participantes mostraron unos niveles de presión sanguínea y de resistencia a la insulina muy similares, el porcentaje de grasa corporal, el espesor de los pliegues cutáneos y los niveles de colesterol resultaron mayores en aquellos que consumían comida para llevar con asiduidad. Es más; los alimentos incluidos en la comida para llevar tenían una mayor densidad energética –eran mucho más ricos en grasas– y una menor cantidad de proteínas, almidón, vitamina C, hierro, calcio y folatos.

En consecuencia, apuntan los autores, «los niños con mayor consumo de este tipo de comida suelen ingerir demasiadas calorías y menos vitaminas y minerales que aquellos que comen alimentos cocinados en casa. Así, y de mantenerse a lo largo del tiempo, este patrón dietético podría inducir la aparición de problemas de salud».

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