Un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Limerick (Irlanda) y publicado en la revista National Library of Medicine (NIH) evaluó como interrumpir la posición de sentado con periodos cortos de estar de pie y paseos de intensidad leve, marca una gran diferencia en comparación con el sedentarismo ininterrumpido. El estudio concluye que el acto de levantarse de la silla después de comer y dar un paseo a ritmo moderado que dure entre dos y cinco minutos, contribuye significativamente a la reducción de azúcar en sangre.
Caminar es una de las actividades más frecuentes entre los adultos que quieren llevar una vida más activa, lo cual es fundamental para los diabéticos, si tenemos en cuenta que el ejercicio que contribuye a bajar el azúcar en sangre.
La investigación midió un marcador de salud cardiometabólica en participantes adultos mayores de 18 años; y posteriormente llevó a cabo un metaanálisis que cuantificaba la diferencia de magnitud sobre la salud de las personas que habían permanecido sentadas de forma prolongada, y los que habían interrumpido el sedentarismo con actividades físicas livianas.
Los resultados del estudio concluyeron que las interrupciones cortas y frecuentes en el sedentarismo redujeron significativamente la glucosa postprandial, en comparación con la acción de estar sentado de forma prolongada y sin interrupción.
Por un lado, el ejercicio practicado de forma habitual aumenta la sensibilidad del cuerpo a la insulina, reduciendo los niveles de azúcar en sangre de forma directa, ya que las células absorben la glucosa de forma más efectiva. Además, mientras estamos en movimiento, caminando en este caso, los músculos emplean la glucosa como fuente de energía, acumulando menos nivel de azúcar en el torrente sanguíneo.
Así las cosas,, el estudio concluye que salir a caminar aporta grandes beneficios como la reducción del estrés, que igualmente tiene un impacto positivo en los niveles de azúcar en sangre, ya que mediante el estrés liberamos cortisol, una hormona que obstaculiza la regulación de la glucosa en el organismo.
Por todos estos motivos, queda claro que caminar es una buena forma de controlar los niveles de azúcar en sangre, pero si además esta actividad se realiza a una hora específica sus efectos serán aún más positivos.
En este sentido, el estudio indica que el momento ideal para salir a caminar y reducir los niveles de azúcar en sangre es justo después de comer, con un margen de hasta hora y media una vez terminado el almuerzo.
Según los datos aportados por Alan. E. Donnelly y Brian. P. Carson, investigadores de la Universidad de Limerick, uno de los datos más curiosos que revela la investigación es que no es necesario realizar grandes esfuerzos, ni actividades físicas de mucha intensidad. Simplemente, el acto de levantarse de la silla después de comer y dar un paseo a ritmo moderado que dure entre dos y cinco minutos, contribuye significativamente a la reducción de azúcar en sangre.
Además, los expertos aseguran que evitar alcanzar picos altos de azúcar es fundamental para reducir el riesgo de problemas cardiovasculares y diabetes, y mantener así una buena salud cardiovascular.
El estudio no habla de que sea suficiente dar un paseo diario, sino que propone que nos levantemos después de cada comida, ya que dentro de los aspectos a analizar se encontraba el beneficio acumulativo o a largo plazo.
Los investigadores buscaban sobre todo comprobar los beneficios de no pasar mucho rato sentados, por lo que pidieron a los voluntarios que participaron en el estudio que intentaran hacer pequeños paseos intermitentes acumulando aproximadamente unos 28 minutos caminando al día. “Los paseos intermitentes de intensidad ligera durante todo el día consiguieron una reducción de la glucosa, en un promedio del 17 % respecto a los sedentarios”, ha concluido Buffey.