Detectar la diabetes a los 50 años podría reducir la esperanza de vida hasta en ocho años

Detectar la diabetes a los 50 años podría reducir la esperanza de vida en ocho años; si se diagnostica con afectación renal, esta cifra podría subir hasta los nueve años, y si el paciente tiene además enfermedad cardiovascular y ya ha sufrido un infarto o algún ictus, podría llegar a reducirse en 11 años de pérdida de esperanza de vida.

 

En este sentido, el presidente de la Sociedad Española de Diabetes (SED), el endocrinólogo Antonio Pérez ha explicado que "sigue habiendo esa diferencia tan importante entre personas que no tienen diabetes y aquellas que tienen diabetes", unas declaraciones que ha realizado en el marco de la Jornada Avances y Retos en la Diabetes en España, organizada por BioInnova Consulting y la Asociación Diabetes Madrid.

En este sentido, según este especialista, "si no diagnosticamos, es imposible tratar y estamos retrasando un tratamiento eficaz", para alertar a continuación de que una "prevalencia creciente a nivel mundial", que ocurre fundamentalmente por "aspectos positivos", como que la población cada vez "dura más".

Con todo, ha alertado de que un "elemento clave" detrás de este ascenso es la obesidad infantil, directamente relacionada con la diabetes. "Si es el factor principal de riesgo y afecta precozmente, esto significa que vamos a tener una diabetes precoz, asociada a más riesgo", ha comentado el experto, que ha señalado que en la actualidad hay mejores medicamentos, pero no se ha mejorado en prevalencia, "debido quizá a que no los utilizamos suficientemente bien. Si no cambiamos las pautas de tratamiento, quizá no tenga suficiente eficacia", ha apostillado el doctor.

Durante el encuentro, también se ha abordado el estigma de la diabetes, que afecta a múltiples esferas de la vida y que, en parte, viene dado por los tratamientos, cuya administración afectan al día a día del paciente.

Otra de las dificultades que se encuentran los pacientes tiene que ver con "la falta de equidad" entre los entre las CCAA y entre los centros de una misma provincia. En este sentido, el experto ha lamentado que "esto se refiere a los recursos estructurales, que son muy heterogéneos, y de personal. Tenemos un sistema que nació cuando predominaban las enfermedades agudas. La estructura y forma de funcionar ha cambiado muy poco".

El doctor también ha lamentado la falta de conexión y de continuidad entre diferentes líneas asistenciales, de manera que "la diabetes requiere una atención más integrada, y que realmente haya comunicación entre la Atención Primaria y la hospitalaria".

Como conclusión, el experto ha insistido en que sigue habiendo grandes diferencias entre la población con diabetes y la población sin la enfermedad, de manera que "hemos mejorado el tratamiento para tratar enfermedades cardiovasculares, pero no hemos atacado específicamente aquello que diferencia al paciente con diabetes de las personas sin diabetes".

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