La mortalidad tras el primer infarto desciende en las personas con diabetes tipo 2

Las tasas de mortalidad tras un primer infarto han bajado en las personas que padecen diabetes de tipo 2, aunque no en las que tienen diabetes de tipo 1, según una nueva investigación que se presentará en octubre en la Reunión Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), en Hamburgo (Alemania).

 

Estudios anteriores habían demostrado que las personas con diabetes tienen peores resultados tras sufrir un infarto de miocardio que las personas sin diabetes, pero nuevos estudios han mostrado un descenso sustancial de la mortalidad general y de los resultados cardiovasculares (CV) entre las personas con diabetes. Sin embargo, aún no se han estudiado en profundidad las tendencias en la supervivencia tras un primer infarto de miocardio en personas con diabetes y sin diabetes.

El doctor Linn Glynn, del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia), y sus colegas identificaron, utilizando datos de entre 2006 y 2020, a 2.527 individuos con diabetes tipo 1 (DT1), 48.321 individuos con diabetes tipo 2 (DT2) y 243.170 individuos sin diabetes con un primer infarto en registros sanitarios nacionales. Los resultados medidos fueron las tendencias en la supervivencia (mortalidad general y muerte cardiovascular) y los eventos cardiovasculares graves (MACE), es decir, los resultados combinados de ictus no mortal, infarto de miocardio no mortal, muerte cardiovascular e insuficiencia cardiaca hospitalizada.

Para llegar a estas conclusiones se utilizaron modelos informáticos y estadísticos para establecer cualquier variación en estos resultados., en los que los individuos con DT1 eran más jóvenes (62 años) y con mayor frecuencia mujeres (44% ) en comparación con los individuos con DT2 (75 años) mujeres (38 %) y con el grupo de control sin diabetes (73 años) mujeres (38 %).

Durante el seguimiento y tras múltiples ajustes (sexo, edad, comorbilidades, factores socioeconómicos y medicación) se observó una tendencia significativa a la disminución de la incidencia anual de muerte por todas las causas en el grupo de control y en los individuos con DT2, sin que se observara tal tendencia en los individuos con DT1.

En cuanto a las posibles razones de los resultados, los autores afirman que la atención estándar tras un infarto de miocardio ha mejorado gracias a una mayor disponibilidad de, por ejemplo, la intervención coronaria percutánea y un mejor tratamiento médico general. Sin embargo, esta atención estándar debería haber mejorado en los tres grupos.

En esta población de estudio, los autores señalan que las personas con DMT1 tenían una mayor duración de la diabetes y una hemoglobina glucosilada media más elevada que las personas con DMT2, lo que podría repercutir en el riesgo de desarrollar un infarto de miocardio, así como en el pronóstico tras un infarto de miocardio.

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