Una mala alimentación es la base para que muchos problemas en los niños y, como consecuencia, puedan darse problemas más graves relacionados con enfermedades cardiovasculares como son la hipertensión, hipercolesterolemia o lo que es peor, la diabetes infantil.
Aunque la diabetes en niños se debe habitualmente a una reacción autoinmune, no podemos olvidar que las estadísticas no mienten y cada vez más son los casos de diabetes relacionados con unos malos hábitos de alimentación y estilo de vida en los peques, algo que los padres pueden evitar ofreciendo a los niños entre 5 y 6 comidas al día que sean equilibradas, variadas y en cantidades adecuadas a su edad.
Silvana Lezzi, nutricionista de bluaU de Sanitas, ha explicado que “la diabetes infantil es una enfermedad metabólica caracterizada por cambios en la asimilación y/o producción de la insulina”, y ha especificado que no debemos olvidar que la obesidad está estrechamente ligada a la diabetes, de forma que un 23,3 % de los escolares españoles tienen sobrepeso y un 17,3 % presenta obesidad, lo que significa que un 40,6 % de la población infantil tiene exceso ponderal, lo que a largo plazo puede repercutir en la salud del niño con la aparición de enfermedades cardiovasculares como la diabetes.
De hecho, la nutricionista ha comentado que “si bien la diabetes tipo I es la más frecuente en niños, en estos últimos años la incidencia de diabetes tipo II se ha triplicado en pequeños de edad escolar, a causa del aumento de la obesidad infantil”, para añdir que mientras por otro lado que “la diabetes tipo II es más probable que se de en la etapa de los 14 a los 19 años”.
Mantenernos alerta si sospechamos que nuestro hijo puede tener algún problema de este tipo, es fundamental para poder interferir lo antes posible y ponerle en tratamiento; y para ello, ser conscientes de los síntomas de la diabetes en niños nos puede servir de gran ayuda. Según indica la nutricionista, “los síntomas son similares a los que se manifiestan en las personas adultas: ganas constantes de orinar,excesiva sed, ya que para compensar la pérdida de agua por orina se siente mucha sed, visión borrosa, cansancio,bajada rápida y significativa de peso, irritabilidad, hambre persistente”.
La experta asegura que si a tu hijo le han diagnosticado diabetes debes tener en cuenta que su alimentación a partir de ese momento debe ser equilibrada y saludable, y se acabaron las excusas. En este sentido, la nutricionista ha advertido que “en primer lugar, es necesario planificar una alimentación balanceada, suficiente y adecuada a cada niño y sus necesidades. Hay que evitar los hidratos de carbono de absorción rápida como son los azúcares, caramelos, chocolates, ultraprocesados con azucares añadidos, mermeladas y, en su lugar, priorizar alimentos compuestos por cereales integrales, legumbres, verduras, frutas con piel”.
Una de las peores consecuencias de esta enfermedad es que los niños tienen que dejar de serlo, en sentido de que siempre tendrán que mirar por su salud teniendo una buena alimentación.En este sentido, la experta recomienda “explicar tanto a amigos como profesores la situación del pequeño puede servir de gran ayuda para que el niño no se sienta diferente al resto. Es importante aclararle lo que le está pasando, enseñarle las medidas que debe llevar a cabo para mantener la enfermedad controlada y ofrecerle ayuda siempre que la necesite”.
Por otro lado, aunque el peque no pueda comer las chuches que comen sus amigos, hoy en día existen muchas otras opciones apetecibles y que pueden compensar esos momentos. “Afortunadamente en la actualidad existen gran cantidad de productos dulces que no contienen azúcar y que los niños pueden consumir, de manera moderada, sin problema”, asegura la experta.
Por supuesto, el tratamiento dependerá siempre del tipo de diabetes que sufra el niño. En este sentidol la nutricionista ha señalado que “en el caso de la diabetes tipo I, primero hay que medir el nivel de glucosa en sangre y después, inyectarse la insulina necesaria en cada caso de manera diaria. Mientras que para la diabetes de tipo II, basta con tener controlado el índice de glucosa en sangre, siendo para ello vital seguir una dieta saludable y hacer deporte frecuentemente”.
Por último, Lezzi ha hecho un llamamiento a la tranquilidad de los padres que se encuentren con esta enfermedad en sus hijos, ya que “la diabetes infantil es una enfermedad que posibilita llevar una vida normal y que no debe afectar a la calidad de esta siempre y cuando se siga el tratamiento determinado desde el primer momento”, a lo que ha añadido la importancia de tener “una educación en diabetes, así como educar al niño en el autocontrol, factores que son muy relevantes para gestionar la diabetes de la manera más eficaz posible”.