La aparición de los fármacos análogos de la GLP-1 ha supuesto una importante mejoría en el manejo de la diabetes tipo 2, ya que además del buen control de la glucosa, ayudan a perder peso. Sin embargo, los problemas de suministro que algunos de estos fármacos arrastran desde hace algunas semanas, estarían dejando sin tratamiento a miles de diabéticos, algo que han denunciado las principales organizaciones que acogenm a estos pacientes.
En concreto, están teniendo serios problemas de distribución medicam,entos como el Trulicity, de Lilly; la dulaglutida en solución inyectable en pluma precargada y el Ozempic, de Novo Nordisk, una semaglutida también inyectable en pluma precargada.
Para paliar este escenario de desabastecimiento, el Ministerio de Sanidad, a través de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), ha emitido una serie de recomendaciones dirigidas a los médicos, entre las que destacan utilizar los medicamentos solo para los casos para los que han sido aprobados y sustituir los fármacos afectados por otros de la misma familia, para los que, por ahora, el suministro es normal.
Los medicamentos afectados están aprobados para tratar diabetes tipo 2 con obesidad, pero no para el tratamiento de la obesidad, es decir, el primer supuesto es emplearlos exclusivamente para personas con diabetes y obesidad.
El matiz es importante, porque los anti GLP-1 son también muy eficaces para adelgazar y no es descabellado sospechar un uso indebido de estos fármacos, una idea que descarta el endocrinólogo Cristóbal Morales, de los hospitales Vithas y Virgen Macarena de Sevilla, que defiende que “para perder peso está aprobado Saxenda (liraglutida), de Novo Nordisk, pero con dosis y principio activo diferente”. El también vocal de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO, ha afirmado en este sentido que “administrar los antidiabéticos para adelgazar es un uso indebido”.
Los problemas de abastecimiento no solo se dan en España, y son numerosos países los que los sufren. En este sentido, Morales ha destacado que “tanto Lilly como Novo Nordisk han sido sumamente exquisitos al comunicar a los médicos y a las autoridades la existencia de esta situación”, una información que los especialistas conocían desde hace unas semanas y que “nos ayuda a adoptar las decisiones terapéuticas necesarias para que el paciente no se vea afectado”.
Las compañías prevén que los problemas de suministro se prolonguen durante 2023, y “Lilly ha anunciado la puesta en marcha de una nueva planta de producción en Estados Unidos para mejorar el suministro”, añadió el endocrinólogo.
Para vjustificar esta situación, “los laboratorios explican que producción hay, pero no tanta como para atender a una demanda que se ha disparado, sobre todo en Estados Unidos”. Si a ello se suma la forma de presentación de estos fármacos, en inyectables precargados, que “implica una gran complejidad de fabricación, desde los materiales que se utilizan hasta el diseño (es una auténtica obra de ingeniería)”, el problema está servido.
La propuesta de la AEMPS para solucionar el problema incluye utilizar otros medicamentos similares, o pasar a formas orales o de administración diaria. En este sentido, los médicos de familia destacan que “para el medicamento oral no hay ningún problema, y aumentar su producción, en caso necesario, no plantea grandes dificultades”, todo lo contrario que sucede, reitera, “con los dispositivos muy complejos y sofisticados de los inyectables precargados”.
En caso de necesidad, se puede pasar de tratamiento inyectable un día a la semana a oral o inyectado diario y, si es preciso, se puede cambiar el tratamiento semanal inyectable por el oral diario, aunque en este supuesto, puede haber una avalancha de pacientes con el resultado de pérdida de stock.
Otro factor es cómo de dispuesto está el paciente a aceptar el cambio, ya que la inyección semanal de semaglutida es de 1 g de principio activo, mientras que la vía oral son 14 mg al día, porque la absorción a través del estómago es mínima, lo cual lo hace complicado. En este sentido, el endocrinólogo portavoz de la SEED subraya que los profesionales han recibido información suficiente por parte de los laboratorios y de la Administración sobre cómo hacer frente a la situación.
Los médicos creen que las farmacias cuentan con reservas para atender la demanda de sus pacientes diabéticos, pero explican que en el caso de que falten, hay alternativas terapéuticas eficaces. Ahora bien, Morales admite la comodidad y eficacia de los anti GPL-1 de administración semanal, y que “además del control de la glucosa, favorecen la pérdida de peso”. La consecuencia es que los pacientes acuden a las consultas pidiéndo los nuevos medicamentos.
Así las cosas, los especialistas insisten en que el problema no se debe a un uso indebido, ya que “son medicamentos que solo se pueden usar bajo prescripción médica”.