Avisan del impacto de la epidemia de coronavirus en personas con diabetes

La Sociedad Española de Diabetes (SED) ha afirmado a través de un comunicado que “la diabetes por sí misma no es un factor de riesgo para contraer la infección por coronavirus”, y para ello ha querido transmitir un mensaje de tranquilidad y ofrecer algunas recomendaciones prácticas, especialmente para pacientes de diabetes.

Según la organización la distribución por edades de la tasa de letalidad de la infección indica que el riesgo es muy bajo hasta los 50 años, incrementándose progresivamente hasta llegar a casi un 15 % en los mayores de 80 años, con una media del 7 % entre los mayores de 50 años. Especialmente si las personas presentan factores de riesgo asociados como enfermedades crónicas pulmonares o una diabetes mal controlada.

Esto implica, a juicio del Dr. López Alba, “la necesidad de que las personas con diabetes mantengan el mejor control metabólico posible, para estar preparados ante un posible episodio infeccioso, por este virus o por cualquier otro, con los que a diario convivimos”. El especialista ha afirmado que “la infección por coronavirus no es más que un nuevo reto en nuestra historia, para el que nunca habíamos estado tan bien preparados”.

En cualquier caso, el mensaje principal de la SED es de tranquilidad, al tiempo que anima a aplicar el sentido común. “No debemos alarmarnos ni estar asustados”, indica en este sentido la Dra. Anna Novials, presidenta de la SED, ya que “el ser humano se ha enfrentado a epidemias en el pasado y lo seguirá haciendo en el futuro”. Novials cree en este sentido que “la mejor actitud consistiría en seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias, especialmente las medidas de higiene de manos, intentar evitar los viajes a áreas con gran número de personas infectadas, y mantener una alimentación y estilos de vida saludables para, en caso de vernos afectados, poder superar sin problemas la infección”.

La transmisión del coronavirus se produce mediante pequeñas gotas de las secreciones respiratorias y, lo que es muy importante, por transmisión mecánica a través del contacto cutáneo. Como esas pequeñas gotas raramente alcanzan distancias mayores a 2 metros, “resulta en general más eficaz el correcto lavado de manos y el uso de geles hidroalcohólicos que las mascarillas, no siempre utilizadas de forma correcta y que, en su mayoría, no tienen especificaciones para la protección frente a virus”, aclara el Dr. Alfonso López Alba que indica que “estarían básicamente indicadas para personas infectadas y profesionales de la sanidad”. Además, según añade, “pueden crear una falsa sensación de seguridad y si no son correctamente desechadas podrían producir, incluso, riesgo de contagio por el contacto con su exterior”.

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