El sedentarismo y la mala alimentación influyen en la aparición de la diabetes, motivo por el cual siempre los expertos recomiendan mejorar el estilo de vida mediante hábitos saludables para disminuir el riesgo de sufrir esta afección, ya que cuando se realiza actividad física, el cuerpo quema glucosa como combustible, lo que ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre y a mantener estables sus valores.
A medida que se incorpora este hábito, el efecto aumenta con el tiempo y provoca una disminución de la resistencia a la insulina que resulta beneficiosa para aquellos que padecen diabetes tipo 2. De esta manera, la actividad física más adecuada para tratar esta enfermedad y para su prevención se basa en ejercicios aeróbicos tales como caminar, nadar, bailar, correr, o andar en bici.
En este sentido, algunos estudios revelan que salir a caminar después de comer logra subir y bajar de manera más gradual el nivel de glucosa; y además concluyen que realizar una caminata diaria, al menos cinco veces a la semana, también es beneficiosa para la salud cardiovascular y para prevenir otras patologías.
Así las cosas, una caminata diaria para controlar la diabetes debe durar 45 minutos, según un estudio publicado en Diabetes Care por el profesor Michael Trenell, de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, una investigación que consistió en reunir 10 pacientes con diabetes tipo 2 y a otras 10 personas sin esta enfermedad pero de edad, peso y estatura similares.
Posteriormente les pidió que caminaran 10.000 pasos al día, para finalmente comprobar que en todos los casos había un mismo resultado: quemaban cerca de un 20 % de grasa y aumentaban la habilidad de los músculos para almacenar azúcar, lo que significa que caminar más de media hora y esta cantidad de pasos es excelente para diabéticos y para todos aquellos que buscan prevenir la enfermedad.
Con todo, pueden producirse algunas excepciones, de modo que si la persona es obesa y tiene diabetes tipo 2, este tiempo resulta insuficiente, razón por la que, en este caso concretro, los expertos aconsejan caminar 90 minutos diarios y dar más de 10.000 pasos al día para lograr un mayor control de azúcar en sangre mediante dos formas: el músculo consume glucosa al andar y se pierde peso, lo cual mejora la sensibilidad a la insulina.