Cuando la diabetes podría derivar en ansiedad...

Los aspectos sociales, emocionales y psicológicos de los diabéticos resultan factores clave a considerar para mejorar no solo su salud, sino también su calidad de vida. En este sentido, según un estudio publicado en Diabetes Care, la depresión y la ansiedad tienen una mayor presencia en este colectivo poblacional, y más en concreto, entre 2 y 3 veces más que en la población general.

 

Se trata de unos datos que hacen aflorar la necesidad de un tratamiento integral y una atención sanitaria realmente humanizada para los pacientes con diabetes, un  contexto en que las asociaciones de pacientes pueden prestar un importante apoyo.

En este sentido, la Federación Española de Diabetes (FEDE) ha recordado que el asociacionismo da la mano a los pacientes a través de la aportación de información y recursos, así como una serie de espacios de apoyo emocional en los compartir experiencias, teniendo en cuenta que hasta el 17 % de los pacientes con diabetes tipo 2 acaba teniendo depresión.

Por este motivo, desde la FEDE están impulsando este año una nueva edición de su campaña Prescribe Asociacionismo en Diabetes, con la que se visibilizará a las asociaciones de pacientes como agentes activos en la formación y empoderamiento, así como un importante apoyo en el cuidado de su salud emocional.

En relación con esto, la organización pretende que los profesionales sanitarios impulsen a estas entidades como parte del tratamiento. De esta manera, para el presidente de la FEDE, Juan Francisco Perán, “la humanización sanitaria es ir a aspectos más allá del sanitario y condicionantes en el día a día de la persona, como es el caso del emocional”, al tiempo que ha asegurado que “las asociaciones son un actor muy importante, puesto que ofrecen espacios para el intercambio de experiencias entre semejantes, dando cobertura a unas necesidades emocionales que actualmente no está cubriendo el Sistema Nacional de Salud (SNS)”.

Además, las federaciones y asociaciones integradas en FEDE cuentan con servicios de apoyo como el acceso a psicólogos especializados, que ayudan al paciente a gestionar creencias erróneas o patrones negativos de pensamiento, que pueden estar influyendo en su conducta y, por ende, en el correcto tratamiento de la diabetes.

En este sentido, destaca el hecho de que reconocer y validar las emociones de los pacientes es esencial para la convivencia con la enfermedad, motivo por el que la conexión humana que se alcanza en estos talleres y grupos al compartir experiencias, miedos y retos ayuda a paliar la sensación de soledad y reducir el estrés que conlleva la diabetes.

Se trata, en fin, de redes de apoyo que fortalecen el sentimiento de pertenencia y la comprensión, tan necesaria para la gestión emocional

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