El abuso de pantallas de móviles y tablets antes de dormir aumenta el riesgo de diabetes

Cada vez hay más cosas que impiden que nuestro sueño sea realmente profundo y reparador, y una de ellas es el vamping, un término inglés que une las palabras vampire (vampiro) y texting (acción de enviar mensajes a través de aparatos electrónicos), de manera que si ta televisión ya nos robaban horas de sueño, ahora los móviles y las tablets vienen a empeorar la situación. “El incremento de las plataformas de series y películas digitales repercuten directamente en un peor descanso, tanto por cantidad, como por calidad de las horas de sueño.

Según los expertos, el uso de móviles, iPads y demás aparatos electrónicos poco antes de irse a dormir afecta a la glándula pineal, una pequeña parte del cerebro encargada de producir melatonina, la hormona que regula el ciclo sueño-vigilia. La luz, incluso una luz pequeña, como la de un despertador o la del piloto de una pantalla de televisión, pueden alterarla y, si se altera, nos cuesta conciliar el sueño y dormimos poco y mal.

Esta situación afecta especialmente a los adolescentes, que suelen usarlo de noche porque los padres no les molestan, enganchándose así a esta tecnología que les priva de horas de sueño; aunque cada vez hay más adultos que tienen una gran dependencia del móvil y muestran una alta dependencia.

Lo malo es que esta reducción de horas de sueño llega con consecuencias como que tengamos una mayor somnolencia durante el día, más irritabilidad y mal humor, así como una peor conexión con el entorno; y en el caso de los niños y adolescentes, se ha podido comprobar que aumenta el fracaso escolar y produce un aislamiento social del mundo que les rodea.

Pero entre las consecuencias de esatar enganchados a la pantalla de móvil antes de dormir, destaca que se incrementa el riesgo de padecer diabetes y obesidad, debido a la desrregulación hormonal y que puede afectar a la regulación de la insulina. La explicación de este descubrimiento se basa en que la melatonina se encarga de regular nuestra señal de saciedad, y debido a la práctica del vamping, aumentan los neuropéptidos que simulan el apetito, mientras disminuyen la de los que mandan la señal de saciedad.

Además, se produce una curiosidad, que no es otra que no nos apetece tomar una pieza de fruta o una ramita de apio, sino alimentos ricos en grasas o azúcares, con lo que, al final, terminamos ingiriendo entre 380 y 400 calorías más de lo habitual.

Aunque la reducción del uso de dispositivos móviles sea la principal medida a tomar contra el vamping, existen una serie de sencillas recomendaciones para evitarlo como un uso más responsable de la tecnología y la adquisición de unos mejores hábitos de sueño. De esta manera, los expertos recomiendan utilizar luz tenue y suave en el dormitorio, y practicar la lectura o la charla en familia antes de irte a la cama. También recomiendan utilizar filtros para la luz azul de las pantallas, ya sea con gafas que dispongan de estos filtros o mediante algún software de los dispositivos, y evitar el uso de teléfonos móviles durante las reuniones sociales.

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