Algunas bebidas incrementan el riesgo de muerte prematura en los diabéticos

Un estudio que se ha desarrollado durante casi 20 años relaciona el consumo elevado de ciertas bebidas con fallecimientos de carácter prematuro relacionados con la diabetes y con el corazón, de manera que solo con cambiar algunso refrescos de cola por café, ya se podrían salvar vidas.

 

Se trata de uno de los principales hallazgos de un estudio de gran envergadura llevado a cabo por la Universidad de Harvard y publicado recientemente en la revista médica British Medical Journal, que se desarrolló durante casi dos décadas con el objetivo fue analizar qué impacto tienen bebidas como los refrescos azucarados, el , el café, la leche e incluso el agua a la hora de provocar la muerte prematura, especialmente en personas con diabetes tipo 2.

Los datos del estudio procedían de más de 9.200 mujeres y más de 3.500 hombres que formaban parte de otros grandes proyectos de investigación. A todos ellos se les había diagnosticado diabetes tipo 2 durante los 18,5 años que duró el proyecto, que en esencia, se basó en hacer que los sujetos informaran, cada dos o cuatro años, de la frecuencia con la que consumían bebidas azucaradas o edulcoradas artificialmente, así como zumo, café, té, agua y leche desnatada.

Según ha señalado uno de los coautores del estudio, el Dr. Qi Sun, profesor asociado de nutrición y epidemiología de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, "las bebidas pueden ser una fuente de azúcar, pero también podrían ser una fuente importante de otros componentes dietéticos, por lo que es natural plantear la hipótesis de que las distintas bebidas podrían tener realmente efectos diferentes sobre la salud entre los pacientes diabéticos".

El doctor apuntó que, de forma previa al trabajo llevado a cabo por su equipo, existían pocos datos sobre el impacto de las bebidas en la mortalidad relacionada con la diabetes tipo 2. De esta manera, el estudio de Harvard conclutó que el consumo elevado de bebidas azucaradas como refrescos, limonada y ponche de frutas se relacionaba con la muerte prematura en personas con diabetes tipo 2.

No solo por motivos relacionados con el corazón y las enfermedades cardiovasculares, sino también con todas las causas de muerte prematura.

En cambio, otras bebidas, en concreto el café, el , la leche desnatada y el agua, ayudaron a reducir las probabilidades de fallecimientos súbitos, de manera que sustituir una ración de refresco o limonada por una taza de café se relacionó con un riesgo un 18 % menor de muerte prematura por todas las causas y un 20 % menor de muerte por cardiopatía.

En el caso del té, los beneficios fueron del 16 % y el 24 %, respectivamente; mientras que el agua sola también resultó beneficiosa, ya que redujo el riesgo de muerte prematura en un 16 % por todas las causas y en un 20 % por causas relacionadas con el corazón.

La sustitución de una bebida azucarada por leche descremada redujo el riesgo en un 12 % y un 19 %, respectivamente.

En cuanto a los líquidos más nocivos, las bebidas con edulcorantes artificiales resultaron menos problemáticas que las azucaradas, aunque no eran tan buenas como las opciones más saludables, de manera que sustituir una bebida azucarada por otra edulcorada artificialmente se relacionó con un riesgo un 8 % menor de muerte prematura y un 15 % menor de muerte por causas relacionadas con el corazón.

Los zumos de fruta, con un alto contenido de azúcar natural pero también de nutrientes, se situaban en un punto intermedio.

La Dra. Nita Gandhi Forouhi, de la Universidad de Cambridge (Inglaterra), y autora de un editorial adjunto al artículo, describe en el mismo cómo los resultados apuntan a que beber menos bebidas azucaradas y más de las alternativas más saludables es lo mejor para las personas con diabetes y para el público en general.

En este sentido, Forouhi señala que el análisis no diferenciaba entre los distintos tipos de té ni el impacto de añadir azúcar al café, pero mostró que la elección de la bebida es claramente importante. Además, las bebidas, aunque pasen desapercibidas, contribuyen a la ingesta de energía diaria y a la calidad de la dieta de la misma forma que los alimentos pesados.

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