Un estudio de Harvard desvela que la forma de preparar la carne en España incrementa el riesgo de diabetes

Aunque el consumo de carne ha seguido una evolución descendente en los últimos años en España, este alimento en sus diferentes versiones sigue estando muy presente en la mayoría de hogares españoles. Ahora una nueva investigación sugiere una posible conexión entre la principal manera de cocinar la carne en España y la diabetes tipo 2

 

La carne es un alimento que la Fundación Española del Corazón incluye entre los que componen una dieta saludable y previenen la salud del corazón, eso si, siempre y cuando no se superen las recomendaciones en cuanto a cantidad, y siempre que tengamos en cuenta las variedades de carne más saludables y la forma más beneficiosa de cocinarlas para nuestro organismo.

Y esto es precisamente lo que trata uno de los últimos estudios publicados por la revista Diabetes Care por un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard, que sugiere la posible conexión entre una forma específica de cocinar la carne que es habitual en nuestro país y la diabetes. En este estudio, realizado por investigadores del Departamento de Nutrición de la Escuela Chan de Salud Pública de Harvard y compartido a través del portal de noticias de la prestigiosa Universidad de Harvard, se ha encontrado una relación entre el uso frecuente de métodos de cocción a altas temperaturas para preparar la carne de vacuno y pollo con un aumento en el riesgo de diabetes tipo 2.

Para llevar a cabo este estudio se analizaron los casos de más de 289.000 hombres y mujeres que habían sido incluídos en bases de datos de otros estudios de salud y en los que se llevaba haciendo seguimiento desde hace casi 16 años. En concreto, los investigadores encontraron que los participantes que consumían carne de vacuno y pollo con mayor frecuencia, y cocinados a altas temperaturas, tenían 1,5 veces más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con aquellos que comían menos o cocinaban estas carnes a temperaturas más moderadas.

Entre las formas desaconsejadas para cocinar este tipo de carne, los investigadores incluyen la carne cocinada a la parrilla y el asado normal, dos formas de cocinar la carne habituales en muchas cocinas y restaurantes de España.

Se trata de un mayor riesgo de diabetes al que también se une un aumento en la posibilidad de experimentar sobrepeso y obesidad en aquellos usuarios que optan por los métodos de cocción de la carne a una alta temperatura, algo que podría propiciar precisamente esa mayor tendencia a la diabetes.

Según ha asegurado Gang Liu, investigador del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard y autor principal del estudio, "nuestra investigación sugiere que no sólo la cantidad y el tipo de carne, sino también los métodos de cocción pueden marcar una diferencia en el riesgo de diabetes".

Por estos motivos, los investigadores recomiendan elegir métodos de cocción a temperatura moderada, tales como como sofreír, saltear, hervir o cocinar al vapor. "Para reducir el riesgo de diabetes, es importante también reducir el consumo de carnes rojas y procesadas, que pueden sustituirse por otras fuentes de proteínas como pollo, pescado y alimentos con proteínas vegetales", ha concretado Liu.

Según las pautas de la Organización Mundial de la Salud para seguir una alimentación saludable, se sugiere incorporar alimentos de origen vegetal crudos y cocidos, así como legumbres, cereales y semillas. También es esencial complementar la dieta con proteínas, tanto de origen vegetal como animal. En el caso de la carne la opción más saludable es la carne magra, que  figura como una de las más recomendadas y saludables. La razón de que sea así tiene que ver con que las carnes magras son ricas en proteínas de alta calidad y bajas en grasas.

En este sentido, la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria recomienda incluir de tres a cuatro porciones de carne magra en la dieta semanal. Entre las opciones más magras se encuentran el conejo, pollo y pavo, que son altamente recomendados por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición. En cuanto a la carne de vacuno, cordero o cerdo, la cantidad de magra varía según el corte.

Así las cosas, los expertos aseguran que es recomendable adquirir carne en establecimientos que ofrezcan una amplia variedad de productos frescos y cuyos especialistas puedan asesorar sobre los cortes más apropiados.

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