Se calcula que, solo en 2010, más de 47 millones de personas padecieron complicaciones muy serias asociadas a la diabetes, desde ceguera a una amputación de una extremidad o un infarto, por lo que se ha impuesto la necesidad de, además de adoptar hábitos de vida saludables, tomar fármacos para reducir estos niveles de glucosa en sangre.
En este sentido, según muestra un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad Aldo Moro de Bari (Italia), todos los fármacos hipoglucemiantes comercializados tienen un perfil de seguridad y eficacia totalmente similar. Concretamente, el estudio, el más exhaustivo desarrollado hasta la fecha a este respecto y publicado en la revista JAMA, constata que las nueve clases de fármacos hipoglucemiantes ya disponibles presentan una eficacia muy similar y el mismo riesgo de enfermedad cardiovascular y de mortalidad general.
Un riesgo, además, que es independiente de que el fármaco se administre en monoterapia o en combinación con otros hipoglucemiantes.
En su revisión o metanálisis, los autores evaluaron los resultados alcanzados en más de 300 ensayos clínicos llevados a cabo con un total de 120.226 adultos con diabetes tipo 2 para evaluar la seguridad y eficacia de las nueve clases de fármacos hipoglucemiantes disponibles –incluidos los distintos tipos de insulina. Del total de estudios analizados, 177 fueron realizados con un único fármaco hipoglucemiante en monoterapia –con un total de 56.598 pacientes–; en 109 se contempló la combinación de uno de los fármacos con metformina –terapia dual; 53.030 participantes–; y en 29 se evaluó la combinación de un hipoglucemiante con la metformina y una sulfonilurea –triple terapia; 10.598 pacientes.
Cuenta el diario ABC que los resultados mostraron la ausencia de diferencias significativas entre los distintos fármacos, ya fueran administrados en monoterapia, terapia dual o triple terapia, en relación al riesgo de enfermedad cardiovascular –caso, por ejemplo, de la presentación de un infarto de miocardio o un ictus– y de la mortalidad por cualquier causa.
Según indican los autores del estudio, "uno de los hallazgos principales de nuestro metanálisis es que a pesar de contar con más de 300 ensayos clínicos desarrollados con más de 120.000 adultos, las evidencias de que cualquier fármaco hipoglucemiante prolongue la esperanza de vida o prevenga la enfermedad cardiovascular en mayor medida que los demás son muy limitadas".
Según concluyen los autores, el tratamiento de inicio de la diabetes tipo 2 debe contemplar, tal y como recomienda la Asociación Americana de Diabetes (ADA), la administración de metformina en monoterapia.
Giovanni F. M. Strippoli, director de la investigación, concluye que "la metformina se asoció con una diferencia mínima o no significativa en los niveles de hemoglobina glucosilada (HbA1c) cuando se comparó con el resto de fármacos de las distintas clases. Además, todos los fármacos mostraron su eficacia cuando se combinaron con metformina. Así, nuestros hallazgos son consistentes con las recomendaciones de la ADA de utilizar la metformina en monoterapia como tratamiento inicial en los pacientes con diabetes tipo 2 y seleccionar las terapias adicionales en función de las características específicas de cada paciente".