Según un estudio realizado en Suecia, saltarse el desayuno puede influir en el desarrollo de la diabetes tipo 2, y la razón no es otra que el hecho de no comer nada por la mañana nos empuja a comer más carbohidratos de absorción rápida durante el resto del día, y este tipo de carbohidratos eleva el nivel de glucosa en sangre. Por este motivo es beneficioso huir del dulce por las mañanas y comenzar a alimentarse bien desde la primera hora de la mañana con cereales integrales, frutas enteras y proteínas saludables como las del huevo.
El mismo estudio defiende que las dietas milagro son perjudiciales para el cuerpo, ya que perjudican la salud al ser tan restrictivas que no es posible mantenerlas durante mucho tiempo, provocando el famoso efecto rebote. Cuando esto ocurre, y más si sucede en repetidas ocasiones, el cuerpo desarrolla una resistencia a la insulina, que es el paso previo a desarrollar diabetes tipo 2.
Por este motivo, los especialistas avisan de una serie de hábitos que pueden causar diabetes y que no son conocidos por la mayoría de las personas. En este sentido, recomiendan reducir al máximo los niveles de estrés, lo que mejora de manera visible nuestra calidad de vida, y para conseguirlo se puede recurrir a rutinas como la meditación.
Tambien recomiendan revisar las sartenes, ya que con el paso del tiempo es normal que se acaben rayando y, cuando eso ocurre, es importante renovarlas, ya que contienen un ácido llamado perfluoro-octanoico que se acumula en la grasa corporal y aumenta las posibilidades de padecer diabetes tipo 2.
Por otra parte, los especialistas recomiendan no qudarse sentado después de comer, y afirman que dar un pequeño paseo detan solo 15 minutos después de comer evita que la glucosa de los alimentos pase directamente a la sangre. Si pones tu cuerpo en movimiento es más fácil que vaya a los músculos y desde allí se metabolice más fácilmente.