Un estudio realizado dentro del programa Inside CKD indica que algunos medicamentos habitualmente utilizados para tratar la diabetes, retrasan la progresión de la Enfermedad Crónica Renal (ERC) y podrían generar un ahorro al Sistema Nacional de Salud (SNS) de aproximadamente 158 millones de euros por cada 100.000 pacientes.
El uso de los nuevos medicamentos contra la diabetes, tales como la dapagliflozina o empagliflozina, no sólo están beneficiando a pacientes con esta patología, sino también a personas que tienen otras enfermedades estrechamente vinculadas a ésta, como es el caso de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) o los problemas cardiovasculares.
De esta manera, diversos estudios ya han confirmado que el uso de dapaglifozina, medicamento perteneciente al nuevo grupo de fármacos denominados inhibidores del cotransportador sodio-glucosa 2 (iSLGT2), reduce los niveles de azúcar en la sangre en las personas con diabetes tipo 2, pero también reduce el riesgo de progresión de la ERC, proporciona beneficios cardiovasculares y reduce la mortalidad.
Ahora, un nuevo estudio desarrollado por nefrólogos e investigadores españoles ha dado un paso más, y ha determinado que el uso de este fármaco sumado a la terapia estándar con inhibidores del sistema renina angiotensina aldosterona (iSRAA) que los pacientes con ERC reciben en España, supondría una importante reducción del impacto clínico de la enfermedad y de sus eventos clínicos asociados, tales como la lesión renal aguda o la insuficiencia cardiaca; y todo ello al tiempo que supone un ahorro económico valorado en 158 millones de euros por cada 100.000 pacientes con ERC que reciban este tratamiento, en un periodo de tres años.
El estudio, que ha sido realizado por diez especialistas de diferentes hospitales y centros sanitarios españoles en el marco del proyecto “Inside CKD”, muestra importantes resultados en la reducción de la frecuencia de diversos eventos clínicos por cada 100.000 pacientes renales. Así, en 3 años, el tratamiento con dapagliflozina reduciría la frecuencia de la progresión a fallo renal en un 33 %, la hospitalización por insuficiencia cardiaca en un 49 % y la lesión renal aguda en un 29 %.
El ahorro estimado asociado a esta reducción de eventos sería de 258 millones de euros por cada 100.000 pacientes, de los cuales el 63,4 % de ellos correspondería a evitar la diálisis en el fallo renal. No obstante, considerando los costes de eventos y los costes farmacológicos del tratamiento con dapaglifozina, el ahorro total neto se estimaría finalmente en 158 millones de euros por cada 100.000 pacientes.
Para los autores del estudio, el retraso de la progresión de la ERC y la reducción de la aparición de eventos clínicos gracias al tratamiento con dapagliflozina beneficiaría de manera importante al paciente, retrasando el desarrollo de la enfermedad y mejorando su calidad de vida, y generaría un considerable ahorro para el Sistema Nacional de Salud, incluso teniendo en cuenta el coste incremental del tratamiento farmacológico con este medicamento.
Por otro lado, un segundo estudio ha demostrado que la utilización de empagliflozina, otro fármaco del grupo de los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa 2 (iSLGT2) utilizado para pacientes con diabetes, también mejora los resultados en salud y calidad de vida de los pacientes con ERC y disminuiría los costes y recursos sanitarios destinados a los tratamientos de estos pacientes. En concreto, supondría un ahorro en costes de 8.125 euros por paciente debido al retraso en la necesidad de Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS) -diálisis o trasplante- para los pacientes.
Este estudio realizó un análisis económico del ensayo clínico EMPA-KIDNEY, en el que se compara el uso de empagliflozina unido al tratamiento estándar de los pacientes con ERC, frente al tratamiento estándar sólo, al tiempo que desarrolló un modelo de coste-efectividad para reproducir la historia natural de la ERC, permitiendo relacionar los resultados en salud con los costes asociados a empagliflozina en pacientes de este ensayo clínico.
Los resultados demostraron, en el caso del uso de la empagliflozina en el tratamiento, un enlentecimiento de la progresión de la ERC, con menos tiempo en estadios más avanzados de la enfermedad, y la reducción del riesgo de mortalidad cardiovascular, además de un incremento en la supervivencia evaluados en años de vida ganados (AVG) y años de vida ajustado por calidad de vida (AVAC).