El hospital almeriense de Torrecárdenas, referente mundial en el tratamiento de la diabetes

El Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería ha incorporado una nueva técnica en las pruebas de control y seguimiento a los pacientes diabéticos, que en esta provincia son más de 46.000. El laboratorio de este centro hospitalario realiza más de 4.000 determinaciones mensuales de hemoglobinas glicosiladas (HBA1c) que son determinantes a la hora de que los pacientes diabéticos lleven un control sobre su patología.

Se trata de la integración de un nuevo analizador de hemoglobinas glicosiladas de Alta Tecnología HPLC (High Performance Liquid Chromatography) a la plataforma de automatización global, lo que permite agilizar este tipo de pruebas en pacientes diabéticos. De esta manera, el centro hospitalario almeriense se sitúa como uno de los referentes a nivel mundial en el tratamiento de esta enfermedad.

Según Manuel Rodríguez Maresca, director de la Unidad Clínica de Laboratorios, el nuevo analizador trabaja con tecnología de referencia para la determinación de la hemoglobina glicosilada y se integra en una plataforma con la seguridad de ofrecer un rendimiento más amplio para absorber cualquier pico de trabajo en su entorno, evitando cualquier tipo de influencia sobre el rendimiento de la plataforma ni retraso en la emisión de resultados.

Con este nuevo analizador las ventajas “son claras e inmediatas” ya que “minimizan la manipulación de muestras, aporta mayor seguridad biológica del personal, tienen una estandarización de procesos y tiempos de respuesta y en definitiva, maximiza la eficiencia y la calidad”, ha explicado Rodríguez Maresca.

Por su parte, la jefa de sección de Análisis Clínicos del mismo hospital, Firma Rodríguez, ha destacado “el importante papel del laboratorio en el diagnóstico y seguimiento de la Diabetes Mellitus” para añadir que la Organización Mundial de la Salud considera la Diabetes Mellitus la epidemia del siglo XXI, “pero la enfermedad es tan antigua como la humanidad”.

La hemoglobina humana es el mayor componente del eritrocito. El contacto permanente del eritrocito con azúcares como la glucosa, hace que ésta se incorporen a su estructura molecular proporcionalmente con la concentración de estas sustancias en el torrente sanguíneo y durante el tiempo de vida de la célula (120 días). Hay una relación directa entre el porcentaje de la HbA1c y el promedio de glucosa. Es decir, la hemoglobina glicada es una estimación retrospectiva de la concentración media de glucosa en sangre durante 8-10 semanas, una medición a largo plazo del metabolismo de la glucosa.

Los objetivos de control glucémico deben de ser individualizados, y la mayoría de los diabéticos deberían alcanzar un nivel de HbA1c lo más cercano a lo fisiológicamente normal, preferiblemente inferior al 7 % para reducir el riesgo de complicaciones microvasculares y macrovasculares.

La determinación periódica de la HbA1c está ampliamente incorporada a la práctica médica para evaluar el control de la glucemia a largo plazo. Se considera que la reducción de 1 % en el valor de la HbA1c produce un descenso del 14 % en la aparición de un infarto de miocardio, y una reducción en la mortalidad global.

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