La tecnología doméstica puede convertirse en un aliado para llevar mejor el control de ciertas enfermedades, como es el caso de la diabetes. Cada poco tiempo podemos observar cómo los móviles, a través de apps específicas, han ido siendo cada vez más útiles para el control de la glucemia o cómo se podían eliminar los pinchazos de la rutina con un láser.
Pero más allá de estas apps que ayudan a tener un control de los resultados y la pauta y de las soluciones para conocer el valor de la glucemia de manera instantánea y no invasiva, los investigadores siguen ideando maneras para que la tecnología sirva de ayuda y prevención.
Ahora, llega una nueva herramienta con el fin de atender a una de las complicaciones de esta enfermedad crónica con ayuda del móvil: las amputaciones por complicación crónica.
Se trata de una iniciativa que llega de la mano de un grupo de estudiantes de la Universidad Jackson State. Parece que un profesor de este centro retó a sus alumnos a que inventasen una tecnología que solucionase un problema para su proyecto, a partir de lop cual, Jann Butler y sus compañeros idearon un sistema con una alfombrilla y el móvil como comunicador.
El sistema se basa en que una alfombrilla detecta las temperaturas de los pies al colocarlos sobre ella, mostrando el resultado en la app del teléfono. Como ocurre algunas veces, el motor de esta idea se basa en una vivencia de uno de sus creadores. En este caso de una tía de Butler, que perdió un pie debido a la complicación de unas úlceras derivadas de la enfermedad.
La hiperglucemia afecta a la circulación haciendo que la temperatura de las extremidades inferiores sea menor al resto del cuerpo. Si hay una diferencia de temperatura de 4 grados entre los dos pues durante un periodo de tiempo, el que registra el menor valor tendrá un mayor riesgo de ulceración.
Aunque la idea tiene base y el equipamiento es sencillo, aún hay cosas que pulir en el sistema. Uno de los miembros del equipo, Chevan Baker, ha comentado que uno de los primeros problemas con el que tuvieron que lidiar fue con las temperaturas erróneas debidas, por ejemplo, a la humedad, por lo cual tuvieron que cambiar los sensores por otros más eficientes y con resistencia al agua.
Posteriormente tuvieron algunos problemas relacionados con el registro de datos por parte de la app, que de momento sólo existe para Android aunque está siendo desarrollada para otras plataformas. Además de detectar la temperatura, esta herramienta guarda los resultados previos (tanto en grados Fahrenheit como Celsius) para facilitar la comparación, algo que facilita bastante la tarea al facultativo al no tener que trasladar los datos al ordenador o depender de otros dispositivos, bastando con el móvil.
Por el momento se trata de un producto que tendría un coste de 500 dólares, un coste que no es alto si tenemos en cuenta lo que suelen costar los dispositivos médicos y de laboratorio. El hecho de que sea el smartphone la manera de controlar este dispositivo resulta ventajoso tanto para el coste como para la gestión de los resultados, algo que hemos visto en anteriores ocasiones para otros tipos de diagnóstico, como por ejemplo en el caso del asma, la evaluación preliminar de hallazgos dérmicos o la detección de parásitos en sangre.