Ozempic (semaglutida), el medicamento para controlar los niveles glucémicos de los pacientes con diabetes, se había convertido en los últimos tiempos en la inyección que reclamaban personas con obesidad para perder peso, pero ahora podría producirse una "vuelta de tuerca", ya que se estudia si además podría contribuir a tratar algunas adicciones, después de que algunas personas hayan experimentado descensos en su consumo de alcohol.
Ozempic es un fármaco que lleva meses envuelto en cierta controversia, desde que a finales de 2022, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) comunicara que había tenido conocimiento de un aumento en la demanda de fármacos incluidos en el grupo de los medicamentos análogos del GLP, como este, que incluye los autorizados para mejorar el control glucémico en el tratamiento de adultos con diabetes mellitus tipo 2 no suficientemente controlada con dieta y ejercicio.
Detrás de esa falta de suministro, resuelto desde inicios de 2023, estaba el uso que se estaría haciendo de este tratamiento por parte de personas con sobrepeso, ya que la semaglutida actúa sobre los impulsos, bloqueando la sensación de hambre.
En España, el fármaco no está financiado para esta indicación, es decir como tratamiento para la obesidad, pero en Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) aprobó el medicamento inyectable para tratar la diabetes en 2017, y en 2021, autorizó un fármaco con una dosis mayor del ingrediente activo en Ozempic, para abordar la obesidad con el nombre comercial de Wegovy.
Pues bien, unas nuevas investigaciones podrían dar otra nueva vida a estemedicamento, ya que podría ayudar a reducir el consumo de alcohol, lo que convertiría a estebproducto en una especie de "santo grial" de la farmacología.
Según ha explicado Gerardo Flórez, miembro de la junta directiva de Socidrogalcohol y director ejecutivo de la revista Adicciones, se trataría de una hipótesis válida, dado que ya existen otros compuestos que han calmado los impulsos propios de este tipo de adicción, aunque en un principio no fuesen creados para ello. En este sentido, Flórez ha explicado que "son tratamientos que generan una sensación de saciedad. Hacen que beber alcohol no sea tan gratificante, por lo que uno se sacia antes, aunque no evita la intoxicación".
Flórez se refiere a la Naltrexona y el Nalmefeno, dos tratamientos que "surgieron en torno a la dependencia a la heroína, porque es una antagonista de los receptores opioides, pero que se vio que disminuían el consumo de alcohol en animales de experimentación, sobre todo ratas", sin embargo ha señalado que no sería tan eficaz en "personas que beban muy rápidamente y que, por lo tanto, se intoxican muy rápido".
Ya existen tratamientos destinados a esos pacientes, que buscan que la persona adicta al alcohol interrumpa su consumo, como ocurre con el 'Antabus' o el 'Disulfiram', unos fármacos que "bloquean el metabolismo del alcohol en el hígado y, si uno bebe, el alcohol sienta mal. El objetivo se centra en tomarlo, y uno ya sabe que no puede beber, porque, si lo hace, al poco va a tener una experiencia desagradable".
El director ejecutivo de la revista Adicciones compara el Ozempic con la Naltrexona y el Nalmefeno porque son tratamientos que "generan una sensación de saciedad" y "hacen que beber alcohol no sea tan gratificante", de manera que quienes lo consumen se sacian antes y es precisamente por ello por lo que este fármaco ha resultado "interesante en el tema de la obesidad, contra comidas muy grasas, muy azucaradas o muy saladas".
La adicción es la alteración de las estructuras del cerebro que regulan el deseo, la motivación y la memoria de algo concreto; y según ha explicado Gerardo Flórez, "esas estructuras también se activan por la comida, por lo que tiene sentido que algo que funcione en personas que tienen un problema de obesidad y que, al tomar ese medicamento, se genera saciedad. Lo normal es que genere también saciedad en otras adicciones".
Según cuenta el diario El Periódico de España, el experto calcula que, entre un cinco y un 10 % de la población española adulta, tiene problemas con el alcohol, aunque el fármaco de la compañía danesa Novo Nordisk sería más eficaz en "personas cuyo objetivo terapéutico no fuese la abstinencia, sino empezar a reducir las cantidades de alcohol". "Estaríamos hablando de pacientes con cuadros más leves".
Así las cosas, Flórez ha recalcado que todavía "habría que hacer ensayos clínicos y verlo, así como probar la combinación con otros tratamientos".
Por otro lado, el doctor Cristóbal Morales, endocrino del Hospital Universitario Virgen Macarena y Hospital Vithas Sevilla, ha indicado que "ya se conocía desde hace muchísimo tiempo que había disminución, de manera natural, de la ingesta, porque a la gente le apetecía menos", para añedir que han ido saliendo estudios en animales en los que se "ha visto que disminuye también lo que son las adicciones, por la respuesta de la dopamina cerebral". De esta manera, este especialista habla de "algo novedoso" sobre una familia de fármacos que tiene un "componente especial en disminuir ese impulso por atracón, o incluso abuso de sustancias adictivas".