Casi 400 empresas del sector alimentario se han comprometido a reducir el azúcar añadido, las grasas saturadas y la sal de sus productos, según el acuerdo que han firmado con el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. De media, la reducción de los tres ingredientes será de un 10 %, aunque con muchas diferencias.
El objetivo es mejorar la salud de los consumidores y, sobre todo, los índices de obesidad y sobrepeso, ya que España tiene una de las tasas de obesidad más altas de Europa, con el 54 % de los adultos con sobrepeso y el 17 % llegando a obeso. Entre la población infantil, el 40 % tiene sobrepeso y el 18 % padece obesidad, según los datos de Sanidad.
Los sectores que se han sumado a este acuerdo son aperitivos salados, bebidas refrescantes, bollería y pastelería, cereales de desayuno infantil, cremas, derivados cárnicos, galletas, helados, néctares de frutas, panes especiales envasados, platos preparados, productos lácteos y salsas.
Los objetivos que se han fijado son pasan por reducir la cantidad de sal, un alimento relacionado con problemas de salud como la hipertensión, pero también con la obesidad, cuya reducción es el objetivo final de esta estrategia. En concreto se propone bajarla casi un 14 % en las patatas fritas, un 16 % en los preparados cárnicos (embutidos) y un 5 % en salsas como las de tomate, por ejemplo.
En cuanto a los azúcares añadidos, se propone reducirlos un 5 % en bollería, un 10% en néctares de fruta y bebidas refrescantes, entre otras medidas. El azúcar está relacionado con la obesidad y la diabetes, y su uso industrial es amplio en muchos productos no solo para endulzarlos, sino como conservante (jamón cocido, mayonesa, etcétera).
En el caso de las grasas saturadas, relacionadas con el sobrepeso y problemas cardiovasculares, se ha acordado reducirlas un 10 % en aperitivos salados y platos preparados, y un 5 % en galletas, bollería y derivados cárnicos.
“Europa tiene uno de los niveles de seguridad alimentaria más altos del mundo, pero tenemos el nuevo reto de la obesidad", ha dicho la ministra, María Luisa Carcedo, tras el acto de la firma, quien ha añadido que "las dietas poco saludables causan más muertes y enfermedades en todo el mundo que el consumo de alcohol, tabaco y drogas”.
El acuerdo forma parte de la Estrategia Naos (Nutrición, Actividad física, prevención de la Obesidad y Sedentarismo) que inició el ministerio de 2004, siendo su titular Elena Salgado (PSOE), y tiene como base la autorregulación del sector para conseguir dietas más saludables, pero esta vez con mayor concreción en los objetivos.
La directora de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan), Marta García Pérez, ha destacado que con la firma se cierra una negociación que "ha conseguido reunir a todas las empresas de cada sector, donde las grandes han tirado de las pequeñas" ha afirmado, para valorar "que en ningún otro país ha habido acuerdos tan potentes", en los que se ha negociado con tantos sectores y se ha llegado a acuerdos numéricos "hasta el decimal", lo que "hará muy fácil el seguimiento después".
García Pérez ha señalado que empresas de distribución y restauración colectiva y social (cáterin, comedores de empresa) han firmado el acuerdo, pero también las que se dedican a las máquinas dispensadoras de alimentos.
Para la directora de la agencia, el acuerdo tiene dos impactos claros. Uno, en la industria, que va a tene rque reformular procesos (por ejemplo, para sustituir el azúcar o las grasas), y otro, en el consumidor, que puede encontrarse con productos más sosos o menos dulces.