Consiguen regenerar células productoras de insulina en tejidos humanos

El Diabetes Research Institute de la Universidad de Miami está llevando a cabo una investigación en la que se está tratando de despertar de alguna manera las células dentro del páncreas que son capaces de regenerar las células Beta, productoras de insulina, que son las que el sistema inmunitario destruye al iniciarse la enfermedad.

 

En numerosas ocasiones se ha conseguido curar la diabetes en ratones, pero lo esperanzador de esta investigación se basa en que también se ha conseguido curar en un "modelo de tejido humano vivo", en un páncreas de un fallecido con diabetes tipo 1, de manera que podría haber una oportunidad tangible para llevar esto a la práctica clínica.

Según ha explicado el doctor Juan Domínguez- Bendala que dirige a este equipo de investigadores, "somos optimistas, y lo que intentamos es despertar las células dentro del páncreas que aún tienen la capacidad de regenerarse. Si logramos reactivarlas, podríamos restaurar la función pancreática y devolver al cuerpo su capacidad natural de controlar la glucosa".

Uno de los hallazgos más esperanzadores en este sentido es que las células madre que dan lugar a nuevas células beta se conservan en pacientes con diabetes hasta décadas después del debut, lo cual hace pensar que es probable que los investigadores sean capaces de activarlas, incluso cuando la diabetes lleva ya décadas en el paciente.

Además, con el paso de los años, el ataque inmunitario se aplaca y quizás sea una oportunidad, ya pasada la época de inflamación del ataque autoinmune que causa devastación en los primeros años de la vida del paciente, pero que, luego, va reduciéndose en intensidad.

Así las cosas, el grupo ha identificado un "factor de crecimiento" que actúa como "estimulante" para que esas células latentes despierten, aunque hay que darles una ayuda, y eso es lo que estaán tratando de hacer los investigadores.

Uno de los grandes interrogantes ahora es si esta nueva terapia requerirá combinarse con inmunoterapia para evitar que el sistema inmune vuelva a atacar las células recién regeneradas. En este sentido, el investigador señala que "estamos haciendo experimentos ahora para saber si es necesario o no añadir una inmunoterapia a lo que estamos haciendo cuando estamos regenerando las células beta nuevas. Quizás sean capaces de evadir el ataque del sistema inmune porque son diferentes de las células beta enfermas que dieron lugar a la reacción autoinmune", para añadir que "son células que el sistema inmune nunca ha visto. Cabe la posibilidad de que evadan el ataque. Si no fuera así, y es algo que estamos estudiando ahora mismo, habría que recurrir a una terapia de combinación con inmunoterapias, lo cual tampoco sería el fin del mundo. De hecho, es la idea que teníamos al principio, pero existe la posibilidad de que no sea necesario".

Si esto se confirma, la terapia podría aplicarse sin necesidad de inmunosupresores, lo que supondría una enorme ventaja para los pacientes. En caso contrario, se recurriría a una combinación de regeneración celular e inmunoterapia, un enfoque que el equipo también investiga.

Uno de los principales problemas de la investigación es la financiación, ya que posar de los resultados del laboratorio a un tratamiento clínico es un proceso largo y costoso que requiere financiación, colaboración internacional y la implicación de las agencias reguladoras. En este sentido, el investigador pone como ejemplo el desarrollo de las vacunas durante la pandemia de Covid-19, cuando "se pusieron de acuerdo todos los poderes del mundo y los laboratorios, se crearon las vacunas en un tiempo récord. Si se hiciera lo mismo con la diabetes, quizá tendríamos la cura a la vuelta de la esquina".

A pesar de todas estas dificultades, Domínguez-Bendala, cree que estamos en un buen momento y ha destacado que la velocidad del progreso científico nunca ha sido tan alta.

Aunque los investigadores evitan dar fechas concretas, el optimismo es palpable. En este sentido, el cientifico ha asegurado que "no podemos hablar de una cura inmediata, pero sí de un futuro en el que la diabetes tipo 1 deje de ser una condena de por vida", para añadir que "estamos más cerca que nunca".

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