Descubren la utilidad de la avena para luchar contra la diabetes

La avena es un cereal que, a pesar de sus bondades nutricionales, tan sólo es consumido de forma regular y diaria por un 3,3 % de los españoles, lo que nos sitúa a la cola de Europa, según un informe publicado recientemente por la Fundación Española de la Nutrición (FEN).

Sin embargo, este cereal podría ser un buen remedio para luchas contra la diabetes. Según explica Nela Berlanga, farmacéutica y especialista en nutrición de KilosOut "la avena contiene mayoritariamente hidratos de carbono de absorción lenta, por lo que es ideal para evitar picos de glucosa. También está compuesta por grasas insaturadas necesarias para el sistema cardiovascular y el buen funcionamiento del cerebro".

Esta especialista defiende que la avena es primordial para el cuidado del corazón, ya que es rica en omega 6 y ácido linoléico, es decir, ‘‘grasas buenas’’ que favorecen la disminución del colesterol; aunque también, gracias al magnesio y a las vitaminas del grupo B que contiene, favorece al sistema nervioso en caso de ansiedad, depresión, nerviosismo, insomnio, etc.

Por otra parte, no se puede pasar por alto que este cereal "tiene un alto contenido en ácido fólico, hierro, calcio, y nutrientes esenciales, especialmente en mujeres", subraya Nerea Segura, miembro del comité asesor del Consejo General de Dietistas-Nutricionistas (CGDN).

Por su parte, Luján Soler, decana del Colegio de Dietistas Nutricionistas de Madrid (Codinma), asegura que  "la avena es un cereal que debería tomarse entero, porque cuando está completo tiene muchos beneficios para la salud, principalmente por su composición química. De hecho, es muy rico en fibra soluble, lo que resulta clave para reducir el colesterol y para mejorar el tránsito intestinal". 

Cuenta el diario La Razón que el desayuno es el momento del día en el que más se toma este cereal y en mayor cantidad en nuestro país. Esta opción es muy saludable, "sobre todo si lo tomamos en su presentación natural, en grano, y si lo combinamos con una pieza de fruta, con lácteos y con frutos secos crudos", confirma Soler, quien añade que "hay muchas formas de introducirlo en el menú diario, no sólo en el desayuno, sino también a través del pan con semillas en la comida o en la merienda, en forma de batidos, como complemento en un zumos, como acompañamiento a una receta principal...".

Según destaca Segura, "la alimentación debe incluir variedad de granos integrales (cereales, pseudocereales, semillas); no era adecuado limitarla al trigo como sucedía hasta hace unos años, ni tampoco basarla ahora en el grano de moda: avena, quinoa, teff, chía... Es mejor incluirlos todos, junto a otros más conocidos en nuestras cocinas como cebada, centeno, arroz salvaje, pipas de girasol o calabaza... Debe haber variedad a lo largo del día y de la semana".

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