El aceite de pescado es rico en ácidos grasos omega-3 (PUFA n-3), especialmente ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), y algunos estudios epidemiológicos han demostrado posibles efectos positivos de este aceite en la salud vascular. Un estudio reciente está examinando ahora los posibles efectos preventivos de los suplementos de aceite de pescado sobre estas complicaciones en los diabéticos.
Los resultados sugieren que el aceite de pescado puede reducir la inflamación y mejorar los niveles de lípidos, ya que los ácidos grasos omega-3 poseen propiedades antiinflamatorias mediadas por una reducción de las citoquinas proinflamatorias y una mayor producción de resolvinas.
Sin embargo, a pesar de la evidencia positiva, los resultados de ensayos clínicos recientes son inconsistentes y contradictorios, y la evidencia epidemiológica sobre el beneficio de la suplementación con aceite de pescado es limitada, particularmente en personas con diabetes tipo 2, que a menudo tienen trastornos del metabolismo de la glucosa y los lípidos y tienen un mayor riesgo de enfermedad vascular.
Los ácidos grasos circulantes se utilizan como marcadores biológicos de la ingesta dietética de ácidos grasos; sin embargo, la asociación entre los AGPI n-3 circulantes y el riesgo de enfermedad vascular en personas con diabetes tipo 2 no está clara. Además, aún no se sabe hasta qué punto los biomarcadores metabólicos, incluidos los marcadores lipídicos e inflamatorios, podrían mediar en la relación entre los PUFA n-3 circulantes y las complicaciones macro y microvasculares de la diabetes.
Para abordar estas lagunas de conocimiento, un estudio chino ha exminado la asociación entre la suplementación con aceite de pescado y los niveles plasmáticos de AGPI n-3 y la aparición de complicaciones macro y microvasculares, y ha analizado si los biomarcadores metabólicos juegan un papel mediador en la relación entre los niveles plasmáticos de AGPI n-3 y las complicaciones macro y microvasculares de la diabetes.
Este estudio de cohorte reclutó a 500.000 participantes del Biobanco del Reino Unido, cuyos participantes tenían entre 40 y 69 años y fueron entrevistados en detalle sobre su estilo de vida, historial médico y hábitos alimentarios. Durante la mediana del período de seguimiento de aproximadamente 13 años, 5.396 de los participantes desarrollaron complicaciones macrovasculares, incluyendo enfermedad de las arterias coronarias, insuficiencia cardíaca, enfermedad de las arterias periféricas y accidente cerebrovascular.
De esta manera, los usuarios de suplementos de aceite de pescado tenían un menor riesgo de sufrir estas complicaciones macrovasculares en comparación con los no consumidores. Además, 4.868 participantes desarrollaron complicaciones microvasculares, incluidas nefropatía, retinopatía y neuropatía diabéticas, y algunos pacientes desarrollaron más de una complicación.
También en este caso se demostró que los usuarios de suplementos de aceite de pescado tenían un menor riesgo de complicaciones microvasculares, ya que el análisis mostró que los niveles plasmáticos más altos de PUFA n-3 y DHA se asociaron con un menor riesgo de complicaciones macrovasculares y microvasculares, aunque con una relación dosis-respuesta no lineal.
Además, se identificaron siete mediadores importantes que influyen en la relación entre los niveles plasmáticos de DHA y el riesgo de complicaciones macrovasculares y enfermedad de las arterias coronarias, que incluyeron cistatina C, albúmina, colesterol total, colesterol LDL, triglicéridos, apolipoproteína B y PCR.
La mejora de estos valores explica en gran medida la asociación positiva entre el aumento de los niveles plasmáticos de DHA y un menor riesgo de complicaciones.
Los resultados del estudio respaldan de esta manera el uso de suplementos de aceite de pescado como medida preventiva contra las complicaciones vasculares en personas con diabetes tipo 2, lo que podría conducir a una mejora en la calidad de vida y una reducción de la carga sanitaria y económica de la diabetes.
El estudio proporciona evidencia convincente de que la suplementación con aceite de pescado y niveles plasmáticos más altos de AGPI n-3 podrían reducir significativamente el riesgo de complicaciones macro y microvasculares en pacientes con diabetes tipo 2.
Con todo, los autores del estudio han destacado que se necesita más investigación para determinar las dosis óptimas y la composición precisa de los suplementos de aceite de pescado que sean más beneficiosos para estos pacientes.