El consumo diario de dosis bajas de aspirina se ha asociado con un mayor riesgo de sufrir hemorragia grave, gastrointestinal o cerebral, según un estudio cuyos autores también han visto que los pacientes con diabetes tienen una probabilidad mayor de sufrir hemorragias, independientemente del consumo de este fármaco.
La terapia con aspirina, en dosis bajas, se utiliza para el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares. Además, se recomienda como medida de prevención secundaria para individuos con riesgo, de moderado a alto, de padecer eventos cardiovasculares (pacientes con hipertensión, dislipidemia, obesidad, diabetes y antecedentes familiares de enfermedad isquémica del corazón).
Según este estudio, aunque la aspirina se asocia con complicaciones hemorrágicas gastrointestinales e intracraneales, los ensayos controlados aleatorios han demostrado que estos riesgos son relativamente pequeños. Sin embargo, los autores añaden que los ensayos controlados aleatorios evalúan grupos de pacientes seleccionados, que no representan a toda la población.
Además, la baja dosis de aspirina recomendada a ciertos pacientes con diabetes, según los resultados de un meta-análisis, puede aumentar el riesgo de hemorragia extracraneal. "Estas estimaciones se obtuvieron a partir de un número limitado de eventos, dentro de ensayos aleatorios. Por lo tanto, el riesgo-beneficio del uso de bajas dosis de aspirina, en la presencia de diabetes, queda por aclarar", aclaran los investigadores coordinados por Giorgia De Berardis, del Consorzio Mario Negri Sud, en Santa Maria Imbaro (Italia).
Los expertos realizaron un estudio para determinar la incidencia de los principales episodios de sangrado gastrointestinal, e intracraneal, en personas -con y sin diabetes- que toman aspirina. Para el estudio, los investigadores utilizaron los datos administrativos de 4,1 millones de ciudadanos de Puglia, en Italia. Posteriormente, se identificaron los individuos con nuevas recetas de dosis bajas de aspirina (300 mg, o menos) entre enero de 2003 y diciembre de 2008, y fueron comparados con los individuos que no tomaron aspirina durante este período.
Para el estudio, los investigadores incluyeron a 186.425 personas en tratamiento con dosis bajas de aspirina, y 186.425 controles, que no tomaban este medicamento. En un período de 6 años, se registraron 6.907 primeros episodios de sangrado mayor, que requirieron hospitalización, de los cuales, 4.487 fueron episodios de sangrado gastrointestinal, y 2.464 episodios de hemorragia intracraneal.
El análisis indicó que el uso de aspirina estaba relacionado con un aumento del 55 % en el riesgo relativo de sangrado gastrointestinal, y de un 54 % en el riesgo relativo de hemorragia intracraneal. Según los autores, el número de eventos de sangrado relacionados con el uso de la aspirina, es de la misma magnitud que el número de eventos cardiovasculares mayores que se evitan en la prevención primaria de individuos, con un riesgo entre el 10 y el 20 %.
Los investigadores también observaron que el uso de aspirina se asoció con un mayor riesgo de hemorragia grave en la mayoría de los subgrupos evaluados, pero no en los individuos con diabetes. La diabetes se asoció, de forma independiente, con un 36 % de aumento en el riesgo relativo de episodios de sangrado mayor, independientemente del uso de la aspirina.
Entre las personas que no tomaban aspirina, aquellas con diabetes mostraban un aumento de los riesgos relativos de un 59 % de sangrado gastrointestinal, y un 64 % de hemorragia intracraneal.