Con el objetivo de ofrecer a los diabéticos una solución barata y accesible para monitorizar los niveles de azúcar en sangre, la start-up sevillana Glucube, con la colaboración del equipo de biotecnología de la Escuela Superior de Ingenieros de la Universidad de Sevilla, acaba de lanzar al mercado el primer glucómetro no invasivo del mundo.
Por el momento, este aparato está registrado como un dispositivo electrónico, pensado para "la prevención, con una app muy llamativa para los usuarios, con datos que pueda contrastar con el médico", según ha explicado Pedro Luis Navarro, CEO de Glucube, pero a medio plazo, sus responsables pretenden llevar a cabo un estudio clínico para obtener la certificación como producto sanitario en 2024.
De esta mamera finalizaría una labor de más de 7 años ndetrás de un gadget pionero en el mercado, que se adelantará a las intenciones de Apple de integrar la medición de glucosa no invasiva en sus relojes.
Navarro, que cuenta con una larga trayectoria en el terreno empresarial, fundó Glucube, antes denominada iGluco Tech, en 2016, con el objetivo de desarrollar una app para medir la apnea del sueño utilizando un pulsioxímetro Bluetooth encargado de enviar datos al teléfono móvil del usuario mientras este duerme.
En este sentido, Navarro ha explicado que "buscando nuevos caminos a este desarrollo que nos llevaran a medir más constantes vitales, conocí al Grupo de Ingeniería Biomédica de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla". Ese encuentro marcó el inicio de una colaboración que continua hoy en día, sólo que por el camino descubrieron una nueva manera de registrar los niveles de glucemia.
Cuenta el diario digital El Español que durante una de las pruebas que estaban llevando a cabo, los científicos e ingenieros del equipo se dieron cuenta de que había una concordancia entre los valores que ofrecían unos sensores infrarrojos y las lecturas de glucosa obtenidas con un glucómetro. Así, empezaron a diseñar un dispositivo y un algoritmo capaces de acabar para siempre los molestos pinchazos que sufren quienes deben monitorizar sus niveles de glucosa hasta 4 veces al día.
Ya en 2019, los responsables de Glucube llevaron a cabo las primeras pruebas en el servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Virgen de la Macarena de Sevilla. "Ahí tuvimos la certeza de que con un producto muy rudimentario, con Arduino, soldado a mano y conectado al portátil con un cable, podíamos conseguir el objetivo: superar el 99% de precisión con respecto al dispositivo de referencia, que era Contour, el glucómetro capilar de Bayer", recuerda Navarro, que recuerda que "la enfermera hacía una medición capilar y la contrastaba con la que daba nuestro dispositivo de aspecto casero. Obtuvimos un 99,26 % y ese fue el momento en el que nos dimos cuenta de que ‘había partido’".
A partir de ese instante, los técnicos de la start-up sevillana se centraron en plantear un diseño compacto, intuitivo y muy fácil de usar, que se conectara por Bluetooth al móvil; de manera que lo único que debe hacer el usuario es meter el dedo índice en el glucómetro y darle al botón de encendido para, en menos de 15 segundos, obtener la información detallada de la cantidad de glucosa en sangre que aparece en la app creada específicamente para tal fin.
El tiempo de espera, que según los responsables del dispositivo seguirá reduciéndose, tiene que ver con el envío de los datos a la plataforma en la nube de Glucube, donde el algoritmo se encarga de ofrecer las lecturas.
El único requisito para quien lo utiliza es mantenerse muy quieto durante la lectura, con la mano apoyada en una superficie firme, porque el dispositivo es muy sensible. En este sentido, Navarro ha advertido que "cuando mides el oxígeno en sangre con infrarrojos estás buscando un color, algo relativamente sencillo y en el que te da igual el movimiento. Para la glucosa, en cambio, necesitamos una curva muy estable y muy precisa, por lo que cualquier movimiento lo impide", al tiempo que advierte que los valores que ofrece Glucube, por el momento no pueden tomarse como referencia para medicarse o para modificar las pautas de un tratamiento, aunque sí para alertar cuando se produce algún desvío significativo y consultar con el médico.
Así las cosas, hasta que obtenga la certificación como producto sanitario, este gadget tiene más que ver con el ámbito de la prevención, la alimentación y el deporte, para que los usuarios puedan realizar sus mediciones y comprobar que están bien. "Somos muchos los que, cuando alcanzamos una edad, necesitamos saber cuándo tenemos picos de glucosa y cuándo no y si altos valores de azúcar en sangre pueden derivar en el desarrollo de una enfermedad", sostiene el CEO de la compañía.
De esta manera, a través de la app y la plataforma web, el usuario puede acceder a un histórico de mediciones, sus curvas, sus interacciones; y al ser muy sencillo de usar y no tener límite para el número de lecturas, se puede utilizar antes y después de comer, para ver cómo afecta un alimento o plato concreto a los niveles de azúcar en sangre.
A la hora de adquirir el producto a través de su página web hay dos opciones: se puede comprar por 299 euros, más 12 euros al mes por el uso de la app a partir de 2024, pero también está disponible por un precio inferior, 175 euros, para quienes deseen formar parte de la Comunidad Glucube. Este descuento, que empezó como una manera de agradecer a los voluntarios que de forma desinteresada probaron el dispositivo y ofrecieron sus mediciones al equipo para mejorar el algoritmo, ahora está disponible para cualquiera con una condición: realizar un mínimo de 50 medidas con Glucube y un glucómetro capilar, para que los técnicos de la empresa puedan contrastar la precisión del dispositivo y seguir mejorándolo.