Un fármaco para la diabetes también reduce la frecuencia de las migraña

La liraglutida, un medicamento utilizado para tratar la diabetes y la obesidad, se ha mostrado eficaz en el tratamiento de las migrañas según un estudio realizado en Italia en 26 personas con esta enfermedad tan discapacitante.

 

Los conocidos agonistas de GLP-1 como la liraglutida o la semaglutida han transformando el enfoque terapéutico para varias enfermedades, incluidas la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Ahora, de acuerdo con este estudio llevado a cabo en el Centro de Cefaleas de la Universidad de Nápoles «Federico II», si se confirman los resultados, podrían ofrecer una nueva opción terapéutica para aproximadamente una de cada siete personas en todo el mundo que viven con migraña, especialmente aquellas que no responden a los tratamientos preventivos actuales.

Dado el uso ya establecido de la liraglutida en la diabetes tipo 2 y la obesidad, podría representar un prometedor caso de reutilización de medicamentos en neurología.

En el tratamiento de la diabetes, la liraglutida ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre y el peso corporal al suprimir el apetito y reducir la ingesta calórica.

Sorprendentemente, los participantes en este estudio informaron una reducción promedio de 11 días de dolor de cabeza al mes, mientras que las puntuaciones de discapacidad disminuyeron en 35 puntos, lo que indica una mejora clínicamente significativa en el funcionamiento laboral, académico y social.

En este sentido, el investigador principal, Simone Braca, ha explicado que «la mayoría de los pacientes se sintió mejor dentro de las primeras dos semanas y reportó una mejora significativa en su calidad de vida».

Los agonistas del receptor GLP-1, como la liraglutida, reducen la secreción de líquido cefalorraquídeo y ya han demostrado ser eficaces en el tratamiento de la hipertensión intracraneal idiopática; y basándose en estas observaciones, Braca y su equipo plantearon la hipótesis de que aprovechar ese mismo mecanismo de acción podría amortiguar la sensibilización cortical y trigeminal que subyace en la migraña.

Según ha explicado el experto, «creemos que al reducir la presión dentro del cráneo, estos medicamentos disminuyen la liberación de una sustancia llamada CGRP, que está muy relacionada con las migrañas», al tiempo que añadia que «esto sugiere que controlar esa presión podría ser una nueva forma de tratar la migraña con medicamentos».

Tras este estudio piloto exploratorio de 12 semanas, el mismo equipo de investigación está planificando un ensayo aleatorizado, doble ciego, con medición directa o indirecta de la presión intracraneal. «Queremos determinar si otros medicamentos GLP-1 pueden ofrecer el mismo alivio, posiblemente con menos efectos secundarios gastrointestinales», ha concluido Braca.

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