La diabetes es una enfermedad crónica que repercute en la forma en la que el organismo procesa los alimentos ingeridos, de manera que los diabéticos no regulan correctamente la glucosa en sangre, y necesitan de la ayuda externa de la insulina, una hormona que naturalmente debería producir el páncreas. Para detectarla, existen diferentes señales, y entre ellas destaca el color de la orina, que pueden alertar de la presencia de esta enfermedad.
El color y el olor de la orina son aspectos reveladores a cerca de la salud general; pero en el caso de la diabetes puede ser un factor clave para identificar la enfermedad de forma temprana.
La mejor manera de conocer los niveles de glucosa en sangre es someternos a las pruebas que pueden proporcionar los datos concretos y de este modo saber si se encuentran dentro de los niveles saludables.
Esta prueba a menudo se usa para vigilar o diagnosticar la diabetes, una enfermedad que afecta a uno de cada siete adultos en España, según datos ofrecidos por la Federación Internacional de Diabetes.
Normalmente, el color de orina de una persona sana será amarillo claro, y si observamos que es más oscura de lo normal, esto puede significar que nuestros niveles de glucosa en sangre estén elevados y que puede producirsse hiperglucemia, lo que hace probable los casos de diabetes.
Por otro lado, si la orina es más transparente de lo normal, llegando casi a no tener color, podría indicar que el cuerpo no asimila bien la insulina producida, generando más orina y existiendo un posible caso de diabetes tipo 2.
Todos estos cambios de color de la orina suelen ir acompañados de otros síntomas como micción frecuente, mucha sed, pérdida de peso inexplicable y fatiga constante.
Los niveles elevados de glucosa interfieren a la hora de que el cuerpo gestione las fuentes de energía, de manera que es frecuente que se produzca deshidratación debido al aumento de micción, que también produce la diabetes.
Por otro lado, se pierden calorías debido a esta micción repetida, lo que genera una pérdida de peso importante en la persona afectada.
Con la detección temprana y un tratamiento adecuado, estos problemas pueden paliarse sin mayor dificultad; pero si por el contrario no se detectan a tiempo, ni se tratan como deben, pueden acarrear problemas graves de salud.