Un equipo multidisciplinar formado por investigadores de la Universidad Rovira i Virgili (URV), del Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (IISPV) y del Hospital Universitario San Juan de Reus (HUSJR) ha desarrollado dos programas informáticos para diagnosticar de forma precoz la retinopatía diabética, una afección ocular común en personas con diabetes tipo 2.
Esta tecnología, que se está utilizando en la demarcación de Tarragona en una fase piloto, identifica los síntomas antes de que el daño sea irreversible.
La retinopatía diabética es una complicación ocular causada por el deterioro de los vasos sanguíneos de la retina, y cuando la enfermedad avanza, se forman nuevos vasos sanguíneos y otros tejidos en la retina, causando un deterioro de la visión y de la calidad de vida de las personas afectadas. Se trata de una afección común en personas con diabetes tipo 2 considerada la primera causa de problemas de visión en menores de 60 años.
Para comenzar el diagnóstico, los especialistas toman imágenes de la retina de los pacientes mediante el uso de un retinógrafo, una cámara que permite fotografiar la retina y el fondo del ojo. Una vez obtenidas las fotografías, se analizan con el software de diagnóstico.
El primero en ponerse en marcha es MIRA, un algoritmo de lectura que detecta si hay retinopatía diabética, el grado de desarrollo de la afección y, en el caso de los pacientes sin lesión, las probabilidades de que la enfermedad se desarrolle en un futuro. Al contrario que otros softwares del mercado, MIRA es capaz de detectar la retinopatía diabética en estadios iniciales, cuando todavía es reversible, y evitar así que empeore.
Según ha explicado el Dr. Pere Romero, responsable del Grupo de Investigación en Oftalmología de la URV-IISPV, «una retinopatía diabética en fase incipiente, si la controlamos metabólicamente, es decir cuidando los niveles de glucosa y la tensión arterial, podemos pararla e incluso revertirla sin tener que recurrir a tratamientos agresivos intraoculares, que es lo que ocurre en las fases avanzadas».
A continuación, entra en juego el segundo algoritmo. Se trata de RETIPROGRAM, que se encarga de tareas de predicción y trabaja con nueve indicadores: la edad, el sexo, el peso, la altura, la tensión, el tiempo de evolución de la diabetes, su control metabólico, los niveles de hemoglobina y el estado del riñón, y valora el estado de la enfermedad para determinar un calendario de pruebas de control personalizado para cada paciente.
Según ha detallado Romero, «este software nos ayudará a racionalizar este tipo de pruebas: las haremos de forma personalizada, cuando se valore que sea necesario hacerlas y no cuando el sistema sanitario lo establezca por defecto».
RETIPROGRAM se ha desarrollado estudiando una muestra de más de 120.000 pacientes diabéticos durante 10 años, con lo que dispone de una capacidad de predicción muy precisa.