Un equipo de investigadores españoles está desarrollando una lechuga con los niveles de betacaroteno multiplicados por 30. Se trata de un innovador método para la biofortificación de hojas y otros tejidos verdes de plantas, que consigue incrementar este precursor de la vitamina A.
Este hallazgo es fruto del trabajo de un equipo del Instituto de Biología Molecular y Celular de Plantas (IBMCP), un centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) que, a partir de una lechuga común, y sin afectar negativamente a otros procesos como la fotosíntesis, ha logrado estimular las defensas de las lechugas en condiciones de salinidad y sequía.
Como curiosidad, este incremento de propiedades provoca que sus características hojas verdes adquieran un tono dorado.
Este nueva superlechuga, a la que han denominado CalBio, inyecta dosis extras de betacaroteno, un compuesto que se encuentra naturalmente en las plantas y cuyos beneficios para la salud humana están ampliamente demostrados. Entre ellos, los más destacados serían las propiedades antioxidantes, inmunoestimulantes y promotoras de las capacidades cognitivas.
Se trata de un impulsor de retinoides, unos compuestos químicos con importantes funciones en el organismo, tales como la visión, la diferenciación celular o el sistema inmune.
El interés de esta investigación sobre el betacaroteno tiene incidencia directa en la nutrición humana, ya que al poder multiplicar exponencialmente su contenido en las verduras y hortalizas que se investiguen, posibilita "mejorar la nutrición a través de la biofortificación de verduras y hortalizas como lechugas, acelgas o espinacas sin renunciar a su característico aroma y sabor", tal y como han recalcado desde el equipo científico responsable.
El equipo científico ha centrado su investigación en otra verdura también muy consumida y nutritiva, el brócoli, según consta en los resultados publicados en la revista Scientia Horticulturae. En este caso, hay una particularidad: funciona sin la colaboración de las bacterias PGPB, dado que el brócoli y todas las verduras y hortalizas brásicas no establecen simbiosis en las raíces.
Pero el interés científico en esta investigacion no acaba aqui, ya que en la actualidad investigan otros cultivos como tomate, aguacate, cebolla, pimiento o berenjena.
Se trata, sin duda, buenas noticias para la nutrición del futuro dadas las grandes características nutricionales de verduras y hortalizas, que cuentan con baja densidad calórica, importante presencia de hidratos de carbono, alto contenido en agua, son ricas en fibra...etc, propiedades que ahora se confirman y que se pueden multiplicar, y con ello contribuir a un mejor estado general de salud.