Uno de los mejores aliados para luchar contra la diabetes, viene en forma de fruto seco. Se trata de la avellana, un procudto que aporta una fuente inagotable de nutrientes esenciales, que sirven eficazmente para combatir los niveles excesivos de azúcar en sangre.
Las avellanas rebosan de elementos como las grasas monoinsaturadas, la fibra, los antioxidantes y los compuestos bioactivos, que contribuyen a un perfil metabólico general más saludable.
De esta manera, este fruto seco posee un alto contenido en fibra que influye significativamente en el metabolismo de la glucosa, ya que ralentiza la digestión, reduciendo así la velocidad a la que el azúcar entra en el torrente sanguíneo. De este modo, se reduce el característico pico de azúcar tras las comidas, lo que ayuda a regular mejor los niveles de azúcar en sangre.
Además, las grasas monoinsaturadas de las avellanas aumentan la sensibilidad a la insulina, un factor clave para controlar la diabetes de tipo 2, en la que la resistencia a la insulina suele ser un problema importante.
Por otra parte, el magnesio presente en la avellana se presenta como un componente vital que participa en más de 300 reacciones enzimáticas del organismo, incluidas las que afectan a la secreción y la función de la insulina, por lo que desempeña un papel importante en la regulación del azúcar en sangre.
Varios estudios han demostrado sistemáticamente un menor riesgo de diabetes con una mayor ingesta de magnesio, lo que ilustra su correlación positiva con la regulación del azúcar en sangre.
Además, el alto contenido en antioxidantes de las avellanas, como la vitamina E y varios flavonoides, contribuye a sus propiedades beneficiosas para la salud, ya que el estrés oxidativo, resultante de niveles elevados de azúcar en sangre, suele provocar daños celulares que agravan los trastornos metabólicos; y estos antioxidantes actúan como agentes protectores, neutralizando los radicales libres nocivos que lo provocan.
Además, la incorporación de las avellanas a la dieta es relativamente sencilla dada su versatilidad, ya que se pueden consumir crudas, tostadas o en forma de pasta; y se pueden utilizar en ensaladas, postres o incluso como snack, lo que las convierte en un ingrediente muy adaptable.
Sin embargo, aunque el potencial de las avellanas para combatir el exceso de azúcar en sangre es esperanzador, es importante recordar que no son una solución mágica para la gestión del azúcar en sangre, ya que para controlar los niveles de azúcar en sangre y la salud en general, es fundamental seguir una dieta equilibrada, practicar ejercicio físico con regularidad y someterse a revisiones médicas periódicas.
Además, es importante tener en cuenta que si bien las avellanas enteras y naturales aportan estos beneficios, muchos productos comerciales a base de avellanas, podrían contener azúcares añadidos o grasas poco saludables que podrían anular estas ventajas.
De esta manera, como siempre ocurre, es fundamental leer atentamente las etiquetas nutricionales y optar por las versiones menos procesadas de este alimento.